Conteo de votos en Estados Unidos, así funciona
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Escribo antes de conocer los resultados electorales que habrán de definir quién será el próximo Presidente de los Estados Unidos. La elección tuvo lugar ayer, 5 de noviembre, y quizá para hoy miércoles sigamos sin saber quién será declarado ganador o ganadora de la contienda. En vez de hacerle al oráculo o jugar a las adivinanzas, de una contienda que está muy cerrada, hoy prefiero que abordemos el método de elección estadounidense. Sin duda muy confuso para muchos, en particular en lo que se refiere al Colegio Electoral.
Para convertirse en Presidente de los Estados Unidos, el candidato ganador debe obtener al menos 270 votos electorales, de los 538 que existen en todo el país. El primer candidato que rebase esa meta será declarado presidente.
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¿Cómo se integra este Colegio Electoral? ¿Qué valor tiene el voto ciudadano? Los representantes en el Colegio Electoral de cada estado se integran, en cada entidad, por un número equivalente a la suma de los representantes federales y senadores de cada entidad en el Congreso Federal.
Por ejemplo, el estado de Texas tiene dos senadores y 38 representantes en la Cámara Federal de Representantes, estas dos cifras le otorgan 40 votos electorales. California, por su parte, tiene 54 votos electorales, que resultan de sumar 52 distritos federales y dos senadores. Todos los estados deben tener cuando menos un distrito federal y dos senadores. De ahí que existan siete estados con tres votos electorales. Dada su escasa población, sólo alcanzan un distrito federal y dos senadores.
Cada estado tiene sus propias reglas que varían entre sí para determinar quién puede ser integrante del Colegio Electoral. Pero eso sí, en 48 de los 50 estados todos sus votos electorales van al candidato que más sufragios obtiene en el voto popular directo. En estas entidades, el que gana el voto ciudadano se lleva todos los votos electorales.
Es decir, si en Texas Donald Trump y los republicanos ganan el voto ciudadano, los 40 votos electorales que corresponden a Texas se van para Trump. Si en California ganan Kamala Harris y los demócratas, los 54 votos se van para Harris. La única excepción son Maine con cuatro votos electorales y Nebraska con tres. En estas dos entidades, los primeros dos votos se dan al candidato ganador en el Estado, mientras que el o los otros votos se destinan dependiendo del sentido del voto distrital.
Bajo la óptica estatal, el voto popular existe, es válido y pesa como en cualquier democracia. Pudiera variar en la cancha nacional, como ha sucedido cuando se suman todos los votos electorales del país y se les compara con la sumatoria de todo el voto popular a nivel nacional.
En Estados Unidos se han celebrado 58 elecciones presidenciales, en 53 ocasiones, el presidente ganador en el Colegio Electoral también ganó el voto popular, ciudadano y nacional. Sólo cinco presidentes han ganado el voto del colegio electoral, sin ganar el voto ciudadano: John Quincy Adams en 1824, Rutherford B. Hayes en 1876, Benjamín Harrison en 1888, George W. Bush en el 2000 y Donald Trump en 2016.
Que un Presidente no gane el voto popular, pero sí gane en el Colegio Electoral, no lo hace ni más ni menos legítimo que aquellos que sí ganaron en las dos maneras de contabilizar. Esas son las reglas aceptadas por todos desde que tuvo lugar la elección de George Washington en 1789. En todo caso, esta discrepancia pudiera poner en duda si el sistema es o no conveniente.
Es de llamar la atención que este es un debate que preocupa más a los extranjeros que a los propios estadounidenses, que están acostumbrados al asunto y no le ven mayor problema. Los extranjeros quizá ven una flaqueza del sistema buscando alguna ventaja comparativa, como si tal cosa sirviera de algo.
Concluyo: existen estados en los que, pase lo que pase, sea quien sea el candidato, la afinidad con uno u otro partido, invariablemente, es casi absoluta. Por eso suele decirse que el Partido Demócrata siempre gana California, Oregón o Nueva York; mientras que los republicanos suelen llevarse Texas, Alabama, Arkansas y recientemente Florida.
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Por esta razón, candidatos y medios de comunicación, apoyados en encuestas, hablan de una elección muy cerrada. Hoy en día ningún candidato alcanza los 270 votos, fundamentalmente porque existen siete estados en los que la elección está tan cerrada que no sabemos para qué lado habrá de inclinarse la balanza. Estos son: Arizona con 11 votos, Nevada con seis, Georgia con 16, Carolina del Norte con 17, Wisconsin con 10, Michigan con 15 y Pennsylvania con 19. El resto del país ya está definido.
Sin contar los siete indecisos, Harris llevaría 240 votos electorales, frente a 205 de Trump. En el aire suman 93. Nada para nadie.
Veremos y comentaremos.