Crimen organizado, ¿vuelve a la actitud de desafío?

Opinión
/ 22 diciembre 2021

Se trata de una realidad que nadie desea que se reinstale, lo cual implica que las fuerzas del Estado sean capaces de imponer las normas que rigen la vida colectiva

El signo más preocupante que tuvo la actividad del crimen organizado, durante la época de mayor violencia que padecimos en el pasado reciente, fue su actitud de desafío al Estado mexicano. Tal actitud implica una toma de posición que va más allá de la acción delictiva y se ubica en el terreno del golpismo.

Esta misma actitud implicó que amplios espacios del territorio nacional quedaran fuera del control de las instituciones públicas y sus habitantes, para desgracia colectiva, a merced de quienes han decidido hacer de la delincuencia un estilo de vida.

Se trata de una realidad que nadie desea que se reinstale como parte de nuestra cotidianidad, lo cual implica que las fuerzas del Estado sean capaces de imponer las normas que rigen la vida colectiva y que se encuentran consignadas en la Constitución y las leyes.

Por desgracia, las estrategias desplegadas desde el Gobierno de la República y que implican dejar de usar solamente la fuerza como instrumento de contención de la actividad criminal, no han tenido el efecto disuasor que se pretendía y los grupos delincuenciales siguen intentando imponernos a todos sus reglas.

Una muestra de ello son los 23 enfrentamientos que en el territorio estatal se han registrado, en los últimos dos años, entre integrantes de los cuerpos policiales de la entidad y presuntos delincuentes que pertenecerían a grupos del crimen organizado que buscan asentarse en Coahuila.

Más preocupante es que en tan sólo tres días hayan ocurrido tres de estos enfrentamientos, en tres municipios distintos: Hidalgo, San Pedro de las Colonias y San Juan de Sabinas, eventos en los que elementos policiales han sido atacados de forma aparentemente intencional.

El fiscal General de Coahuila, Gerardo Márquez Guevara, ha señalado al respecto que “es evidente” que los hechos se encuentran relacionados con la intención del crimen organizado de ingresar a territorio estatal, aunque hasta ahora han sido repelidos merced a las estrategias de prevención desplegadas.

Al mismo tiempo ha dicho que es “muy complicado dar con ellos”, porque luego de perpetrar los enfrentamientos regresan a los lugares donde se esconden. Tal circunstancia implicaría que se trata de una especie de estrategia que pretendería sostener la actitud de enfrentamiento y desafío a los cuerpos de seguridad locales, lo cual es preocupante.

Cabría esperar en este sentido que el Gobierno de la República, a través de la Guardia Nacional, despliegue una estrategia que apoye la actividad de resguardo del territorio coahuilense y que eso se traduzca, ulteriormente, en la derrota definitiva de quienes pretenden convertir porciones de nuestro territorio en espacios bajo su control.

Porque lo peor que puede ocurrirnos es que regresemos a la realidad de incertidumbre y violencia que vivimos hace algunos años y que tanto esfuerzo costó revertir.

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