¿Cuál es el mejor día para iniciar clases?

Esta semana la mayoría de las preparatorias y universidades iniciaron el nuevo semestre, y con ello miles de estudiantes regresan “descansados y con mucha energía” después de unas buenas vacaciones de verano. Y claro, algunos o quizás unos pocos más desearían que continuara más su tiempo de descanso. Y mi pregunta es: ¿cuál es el mejor día de la semana para iniciar clases?

La mayoría de los expertos en Psicología dicen que el lunes porque en “teoría” los muchachos tienen dos días (sábado y domingo) para descansar de sus actividades académicas y pueden recuperar horas de sueño perdidas por el cumplimiento de sus deberes escolares. Como maestro universitario, por más de 40 años, observo una gran fatiga en mis alumnos cada lunes o un día de asueto anterior a clases. Según los expertos, el domingo en la noche es el momento que más horas dormimos de la semana, ya que es una forma para prepararnos para el trabajo de los siguientes cinco días.

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Aquí presentaré algunas razones por las cuales el lunes no es el mejor día de la semana para la mayoría de los estudiantes:

1. ¿Hay realmente “descanso” el fin de semana? El fin de semana debe aprovecharse para la relajación y cambiar un poco las rutinas de responsabilidad por esparcimiento. Sin embargo, parece todo lo contrario. Aprovechan para desvelarse en fiestas, reuniones, series de televisión, redes sociales o videojuegos. Rompen su rutina y aprovechan el fin de semana para acostarse y levantarse lo más tarde y, por supuesto, el lunes inician temprano sus labores académicas y llegan a los salones de clases somnolientos y exhaustos, lo que hace más difícil su atención y aprendizaje, pues tienen que regular el horario que han hecho durante cinco días de acostarse y levantarse temprano.

2. Acumulación de carga de trabajo. Durante el fin de semana, los estudiantes podrían no centrarse en sus tareas escolares tanto como lo harían durante la semana. Como resultado, acumulan tareas, lecturas o proyectos durante el fin de semana, lo que puede hacer que los lunes sean abrumadores al tratar de ponerse al día con el trabajo perdido.

3. Cambio en la mentalidad. El cambio de una mentalidad más relajada durante el fin de semana a una mentalidad académica el lunes puede ser mentalmente agotador. Los estudiantes pueden tener dificultades para cambiar de marcha y entrar en el estado de ánimo adecuado para el aprendizaje.

4. Falta de motivación. Después de un descanso, es común que los estudiantes experimenten una falta de motivación para comenzar a estudiar de nuevo. La perspectiva de enfrentar una semana completa de clases, tareas y exámenes puede ser desalentadora, lo que lleva a un menor entusiasmo los lunes.

5. Se contagian de sus compañeros. Si los estudiantes a su alrededor también se sienten desmotivados los lunes, puede reforzar la percepción de que los lunes son días difíciles. La influencia de los compañeros y los sentimientos compartidos pueden contribuir a una percepción negativa del día.

6. Bienestar físico y mental. Los estudiantes que participan en actividades nocturnas de fin de semana o no priorizan su bienestar físico y mental pueden encontrar más difícil hacer frente a las demandas de una nueva semana escolar el lunes.

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¿Qué podemos hacer los papás? Tenemos una labor titánica, ya que si les pedimos a nuestros hijos que regulen un poco su fin de semana nos contestarán: “Papá, toda la semana estuve estudiando y trabajando y el fin de semana es el “único” momento para salir con mis amigos o estar con mi celular muy noche”. A pesar de esta actitud debemos ayudar a nuestros hijos a tener cierta estructura el fin de semana. Definitivamente, son días de desahogo, pero no de libertinaje.

A pesar de los sentimientos negativos asociados con los lunes, en realidad es uno de los mejores días para comenzar en proyectos importantes en el trabajo. Según un estudio de Redbooth, el mayor porcentaje de tareas se completa el lunes, seguido del martes y el miércoles. Se considera el mejor día para iniciar proyectos. Si comenzamos la semana con motivación y esfuerzo, nuestros hijos tendrán una mejor oportunidad de cumplir con las expectativas de sus maestros. Pero para ello necesitamos que estén bien despiertos y con una gran disposición de actuar.