De no tener nada en Mazatlán, a buscar todo en Abu Dhabi

El 5 de noviembre de 2022 puede convertirse en una de las fechas más importantes para el boxeo mexicano, pero sobre todo para Gilberto Ramírez Sánchez, mejor conocido como “El Zurdo” Ramírez, un joven de 31 años que de niño inició su carrera en el boxeo, literalmente sin tener un solo peso en la bolsa. Sí, el 5 de noviembre el mazatleco buscará conquistar el cetro de las 175 libras de la AMB, contra el peligroso e invicto Dmitry Bivol y poner el nombre de México en la cima del boxeo.

Jesús y Héctor Zápari, quienes llevaron al “Zurdo” desde el inicio hasta convertirse en el primer campeón mundial mexicano en las 168 libras, cuentan que Gilberto era un niño disciplinado, que, como todo boxeador en México, vivía en la pobreza extrema y con base en sacrificios —para muchos impensables—, llegó a la cima del boxeo y ahora, ya trabajando con otro equipo de entrenadores, el grandote de Mazatlán busca liderar su segunda división.

Hoy la formula Ramírez–Zápari ya no existe, “El Zurdo” trabaja con otro equipo completamente distinto, pero sus inicios en Mazatlán, y su primer campeonato del mundo, sin duda es el resultado de habérsela partido sin recurso alguno.

Con 44-0 y 30 nocauts, Gilberto tiene con que derrotar al que pareciera “el monstruo” de los semipesados, un ruso llamado Dmitry Bivol avecindado en Indio, California, que camina sin descalabros con foja de 20-0 y 11 nocauts, además de contar en su historia una sobresaliente victoria sobre “Canelo” Álvarez.

Ramírez en el ring se convierte en una fiera, que con el agregado de sus 1.90 metros de estatura y un alcance de 1.91 metros, lo convierte en uno de los trabucos más grandes en las 175 libras.

Dmitry, de guardia derecha, y Ramírez, zurdo, prometen una guerra total el 5 de noviembre. Al parecer el actual monarca saltará al cuadrilátero de la Etihad Arena, en Abu Dhabi, como el favorito; sin embargo, algo me dice que no han estudiado bien a Gilberto. En mi opinión el mazatleco puede no solamente dar la sorpresa, sino instalarse como uno de los mejores semipesados de la actualidad.

Ramírez me confesó su enorme deseo y confianza de coronarse en la histórica velada, y reiteró que, entre otros retos, busca superar el 50-0 de Mayweather, y mencionó que después de coronarse en su segunda división, buscaría a “Canelo”, por lo lucrativa que resultaría esta pelea, pero también tiene en la mirilla al peligroso pegador Artur Beterbiev, dueño de los cetros de las 175 versión CMB, OMB y FIB, en una pelea que definiría al indiscutido de los semipesados.

Gilberto Ramírez tiene en sus puños la enorme oportunidad de deslumbrar al mundo, de darse a conocer en cada rincón del planeta, tiene la oportunidad de no fallarle a México y bañarlo de gloria, pero sobre todo de cumplirle sus sueños a ese niño de Mazatlán, que ni siquiera imaginó ser campeón del mundo.