Debates y derivas en Coahuila rumbo al 4 de junio

Opinión
/ 22 abril 2023
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El debate oficial del IEC del pasado domingo indicó un parteaguas en la encomienda electoral de Coahuila.

Para su análisis será necesario establecer los elementos de una ecuación que resultó un garapiñado y que necesariamente influyó en el ánimo de los electores, inclusive de aquellos que ya habían simpatizado con las marcas políticas que se presentan, pero que con el espectáculo cambiaron de opinión.

Los jueces. El IEC definitivamente cumplió con el cometido al no solamente organizar un debate con dotes de imparcialidad, sino en la selección de los moderadores y los temas sugeridos por la ciudadanía, aunque dicen los asistentes que un área de oportunidad fue la asignación de lugares y que al fin de cuentas no fue posible respetarlos.

Los asistentes. Obviamente cada candidato engrosó sus porras y acompañantes, inclusive había de lo más granado de los funcionarios de la administración estatal arropando al candidato oficial y así ir ganándose un lugar en el presupuesto.

El comportamiento de las porras trató de ser organizado por Javier Solórzano, quien antes del inicio del evento invitó a corear a los candidatos para evitar que, ya en el debate, se caldearan los ánimos. Sin embargo, al mencionar uno de los debatientes que no existía el moreirato, se armó la juerga y la gritería, la risa colectiva y aquello fue el acabose.

Los candidatos. 1. Lenin, la UDC y el Verde. Con un discurso centrado y pleno dominio de los temas que le fueron planteados, aunque sin propuestas concretas, su participación acarreó la sospecha de estar en negociación con otro candidato en caso de ofrecerse, por aquello de que las encuestas estén fallando y al fin la diferencia sea menor a 5 o 7 puntos porcentuales y entonces tirar la línea a sus huestes.

2. Guadiana y Morena. Desubicado, aventando escopetazos a ton y son, con ocurrencias más que propuestas, llegó al cenit de su incompetencia como candidato de un partido que es hoy gobierno y que ha demostrado tener seguidores leales en Coahuila, partiendo de cero. Con bromas mal planteadas y ocurrencias como la de hacerse el dormido cuando Mejía hablaba, llegó al extremo del ridículo y lo hizo perder adeptos, aunque esa tal vez haya sido su intención.

3. Manolo, el PRI, lo que queda del PAN y los tres sobrinos, y la comadre del PRD. Manolo se llevó la peor parte; algo les falló a sus asesores que presumen de ser políticos de carrera, pero que le escribieron un formato que se pasó leyendo el candidato en un ejercicio que pareciera que estaba en un informe de gobierno y no en un debate.

Los temas planteados en nada le ayudaron, aun cuando traía propuestas concretas, esto porque representa la continuidad por él mismo anunciada y, por lo tanto, más deuda, más inseguridad local, menos agua y paupérrimo desarrollo.

Calló cuando lo atacaban inmisericordemente los candidatos de Morena y PT y tuvo que ser auxiliado vía telefónica, aunque el formato lo prohibía (¿llamada desde la casa de sierra Nevada? ¡Haya cosa, sus asesores lo están hundiendo!

4. Mejía y el PT. Declarado ganador de la contienda (no hay parte oficial), el lagunero fue certero en los dardos envenenados contra Guadiana y no se diga Manolo. Información precisa, sustanciosa, que al fin de cuentas no acabó del todo la intención, pero sí mermó el ánimo de los simpatizantes de los atacados. Sin pelos en la lengua, no dejó títere con cabeza, pero no concretó sus propuestas como luego lo hizo en el segundo debate. Se sabe que trae mucho material en el morral que ya mostró que posee. Le está apostando a la capacidad de remontar.

Los moderadores. Contratados por el IEC, mostraron una faceta inusitada, ya que no solamente fueron encargados de hacer las preguntas y administrar los tiempos, sino que incluso cuestionaron a los candidatos, llegando a acorralarlos. De qué tamaño sería el enojo de Riquelme por las preguntas a Manolo que salió a protestar por el papel de los moderadores y tiró línea a Gabriela de León para que saliera de su escondite y Twittear sobre el tema, en otra jugada de los asesores de Manolo que fue un craso error.

Así las cosas en este primer debate oficial en el que únicamente faltaron las cadenas, las piedras y las navajas en un pleito de pandilleros. ¡Válgame Dios!

Orestes Gómez es saltillense, estudió en la Facultad de Jurisprudencia de la UA de C y la Normal Superior de Coahuila las licenciaturas en Derecho y Educación Media. Ha impartido cátedra en la Facultad de Jurisprudencia de la UAC, Preparatoria Mariano Narváez de la UA de C, UANE planteles: Saltillo, Torreón, Piedras Negras y Matamoros y en la Universidad Autónoma de Piedras Negras. Ha impartido conferencias en la UANE Saltillo, CTM Coahuila, Asociación de Maquiladoras de Nuevo León y Facultad de Economía de la UA de C. Ganador del premio estatal de Periodismo de Coahuila en 5 ocasiones: 1996, 1999,2000 y 2006 en editorial en prensa y la presea Antonio Estrada Salazar por 25 años de trayectoria. Ha escrito tres libros: uno de poesías titulado “Memorias del Tigre Espejo”, “Cuentos Conurbados” y uno relacionado con los Recursos Humanos “A Little bit about Mexican Law and Human Resources”. Es un tigre espejo que merodea por entre los muros de la desigualdad, la represión y el oprobio escupiendo verdades através de su incómoda pluma.

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