Desperdiciar, desperdiciar, desperdiciar

Opinión
/ 20 julio 2022
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El agua se utiliza en múltiples actividades que pueden contener sustancias tóxicas, materia orgánica, pesticidas, desechos, entre otras, pero se puede tratar para ser reutilizada de acuerdo a las características y componentes que contenga. El tratamiento de aguas residuales es importante para conservar el ciclo del agua y el medio ambiente al permitir un mayor acceso al agua potable, evita problemas de salud por la exposición a los componentes de las aguas residuales, reduce costos de energía y los niveles de contaminación. La irresponsabilidad y la omisión han sido el distintivo más visible e importante durante décadas por parte de las autoridades municipales del área conurbada de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga en cuanto al tratamiento de las aguas residuales.

Las aguas residuales de los tres municipios conurbados que provienen de la red de drenaje y pasan por la Planta Tratadora de Aguas Residuales son derramadas diariamente por las autoridades municipales al cauce del Arroyo Cárdenas sin tomar en cuenta su valor económico y el costo millonario que representa su saneamiento; son cerca de 55 millones de litros de agua sanitaria tratada, volumen que al mes equivale alrededor de mil 700 millones de litros del fluido. Por el tratamiento de aguas negras los saltillenses desembolsan al año más de 90 millones de pesos, dinero que prácticamente se tira a la basura porque es mínima el agua “lavada”, a esto agréguele el gasto que implica para el erario la operación de la Planta Principal que asciende a unos 16 millones de pesos anuales.

Diversas organizaciones civiles y especialistas en materia de agua urgen a las autoridades para que adopten ya políticas públicas para el aprovechamiento de las aguas residuales urbanas, en esta área conurbada en la que el déficit de agua potable ha alcanzado ya los 21 millones de metros cúbicos anuales, por estar dentro de la tercera entidad del país donde menos llueve y ahora la sequía se ha prolongado ya por dos años, lo que ha sido el pretexto para que Aguas de Saltillo siga sobre explotando sin autorización algunos pozos de los acuíferos concesionados.

La Planta Tratadora funciona desde hace 10 años y significó una inversión de 435 millones de pesos pagados con los impuestos de los saltillenses, incluyendo el proyecto de la Planta del Gran Bosque Urbano, pero solo se reutiliza el 3.5 por ciento de sus aguas saneadas, es decir cerca de 60 mil metros cúbicos mensuales, que son vendidos a la empresa De Acero, única compradora del agua tratada, ¿Por qué? No hay trabajo de promoción de las autoridades municipales y estatales para que las empresas dejen de usar el agua de consumo humano en sus actividades industriales, cuando perfectamente podrían comprar el agua tratada, la apatía de las autoridades desespera.

La famosa Línea Morada, iniciada en 2013 bajo la administración municipal de Jericó Abramo Masso hasta, ahora ha sido un artificio, demagogia pura, casi dos sexenios “trabanjado” en un problema de urgencia evidente, ahí se han invertido 55 millones de pesos; el funcionario afirmó hace tres años que el objetivo era terminar la instalación de 84 metros de tubería que hacen falta para completar la primera etapa, el proyecto incluye 14 mil 038 metros lineales de tubería, a ese paso Jericó podría morir sin terminar la obra que implicará una inversión total de 61.2 millones de pesos, o sea tendría poco más de 6 millones para terminar la obra es de risa, si no fuera dramático para los saltillenses.

Con todo, luego de más de casi 10 años, la operación de la Línea Morada comenzará su operación, aunque las negociaciones se han quedado varadas a raíz de la pandemia de COVID-19. ¿Será cierto que continuará?

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