El clamoroso silencio divino

Algunos dicen que no nos hablas.

Pero Tú eres amor y eres clamor.

Tu silencio es clamoroso. Y es constante, diversificado y múltiple.

Podemos ser analfabetos, sordos, ignorantes, distraídos, pero tu comunicación es incesante.

No hay momento presente en que
no haya un mensaje tuyo y más de un regalo de amor.

No somos siempre suficientemente receptivos para descifrar y para recibir con agradecimiento lo que nos das tan amorosamente.

Hablas sin palabras.

Lo haces con hechos, con acciones, con obras, con acontecimientos.

En cada soplo que respiro me dices: “te amo” y me regalas vida. Y lo mismo sucede en cada gota de sangre con
que palpito.

Nunca estás ausente ni pasivo. En lo grande y en lo pequeño está el clamor de tu ternura omnipotente.

Si entendemos la vida como un don, como un obsequio, como un presente presentado por tus manos poderosas que dan el ser a todo lo que existe, nos enraizamos en la gratitud que florece diciendo “gracias” en cualquier instante.

Dichoso el que recibe esa gracia de una mirada de fe que siempre descubre tu generosa presencia salvadora.

En cada aquí y ahora nos sale al encuentro la sorpresa de tu ternura paternal que supera nuestros mayores y mejores deseos.

Si permites la herida de una prueba o una poda esforzada y dolorosa, siempre recibimos también la venda de tu consuelo, de tu gracia y de tu presencia.

Es mi analfabetismo espiritual, mi sordera, mi ignorancia y mi distracción lo que me hace calificarte como mudo, indiferente y hasta inexistente.

Eres, Padre Creador, poderoso en todo.

Eres Palabra viviente en mí.

Y eres Viento que me impulsa hacia buen puerto cuando tengo las velas de mi fe izadas por el amor y desplegadas por la esperanza...

Soy amado por ti con un bellísimo amor de bondad infinita... Me abrazas con todo lo que permites en cada momento de mi vida... Gracias... Gracias por todo...

SIMULACRO Y REALIDAD

19-09-22. Una hora después del simulacro sísmico tiembla en la CDMX; 7.7 grados de intensidad.

Como un examen después de la clase. Como un concierto después del ensayo. Como una pelea acabando el entrenamiento.

Temblor, casi al concluir el desalojo del simulacro.

Fue como una contribución de la misma tierra habitada para respaldar la previsión de sus habitantes. Fue para los capitalinos como un aguacero al salir de la tienda en que se compró un paraguas.

En esa región sísmica, ya muchos tienen conciencia de que viven sobre el lomo de un monstruo que algunas veces se estremece y algún día se incorporará como ya lo ha hecho antes.

También la gente del sureste ya
ha desarrollado muchas capacidades para afrontar la súbita inundación del fin
del verano.

CHORROS Y BORDOS

Si el problema es la velocidad, la solución es una serie de bordos sucesivos en el pavimento que obliguen a frenar en el tramo anterior a las curvas peligrosas. Ya se recorrerían a velocidad moderada que evitaría accidentes.

Sería el lenitivo provisional antes de la cirugía reconstructiva que muestre, en ese descenso sinuoso, alguna genialidad ingenieril...