El futuro de México (11): El virus del fanatismo se ha sembrado en los mexicanos
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Somos un país bananero, habitamos un país descrito por Gabriel García Márquez en sus memorables y bellas novelas y cuentos. Somos un país colonizado, el cual jamás ha alcanzado su mayoría de edad. Por siempre adolescentes, por siempre infantes a los cuales hay que guiar, recomendar, prohibir. Mire usted lo de la pasada elección: Ley Seca por más de dos días. Es decir, somos niños. Jamás adultos.
Estaba quien esto escribe surtiendo en un supermercado de medio pelo hacia abajo, los bastimentos etílicos para no morir de inanición en los tres días de jornada electoral. Uno pues, pero dos de Ley Seca. Ya había surtido en la semana, pero dije: ¿Y si se me acaban los tragos? Enderecé mis pasos al supermercado y empaqué un seis de cerveza oscura (ya tenía suficiente); cinco botellas muy blandas, tragos de señoritas pues, las llamadas “Caribe cooler” (ya tenía suficientes); tres botellas de vino tinto las cuales estaban en promoción, una sola uva: Merlot, de la casa chilena “Penumbra” (ya tenía suficientes) y como corolario, para que raspara en el gaznate seco, un tequila mexicano de dudosa estirpe. En eso estaba, haciendo mi fila para pagar, cuando en la espalda escuché lo siguiente que me heló el esqueleto: “Maestro, ¿y el huevo, la manteca y el aceite...? ¿No se te olvidan?...”.
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Al unísono soltamos la carcajada, era el académico universitario, don Martín Martínez Ávalos (a quien el rector de la UAdeC, el infante Octavio Pimentel, le robó la elección de coordinador de la Unidad Saltillo). La conciencia y voz de advertencia de don Martín me decía de lo anterior. Nos abrazamos fraternalmente y éste agregó: “Vine hacer el pago de unos servicios, maestro, pero al rato yo también voy a surtir la despensa”. Nos despedimos con fuerte apretón de manos. Ingrato profesor, hizo que me remordiera la razón y me regresé para comprar algo de comida... un sándwich de jamón y mostaza. Sí, pero antes, en los pasillos, un atento lector que me hace favor de leerme, me dijo: “Publique usted de la Ley Seca, eso no es libertad, maestro. No somos niños. Estoy en contra de eso. Publíquelo. Lo voy a esperar”.
Estimado lector, coincido con usted. Nos tratan como niños, menores de edad. Cuando quieren y a la hora que quieren. Somos adultos y, sin alcohol o con alcohol, uno puede ir o no a votar. Con alcohol y sin alcohol uno puede ir a reventar una casilla de votación. En fin. La misma Biblia lo dice en 1ª de Corintios 13:11. Lea usted: “Cuando yo era niño. Hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.
Y como soy adulto, hombre y tengo conciencia y saber (eso creo) y un deber con usted, señor lector, aquí me planto y digo: no espero nada bueno ni nuevo de la hija de la continuidad obradorista, Claudia Sheinbaum. El virus del fanatismo se ha sembrado en los mexicanos y va a ser casi imposible extirparlo pronto. Tal vez cuando pasen dos generaciones de mexicanos. No antes. México no tiene futuro. No tiene pies ni cabeza. Así de sencillo.
ESQUINA-BAJAN
México hoy 1: Con la hija de AMLO en el poder, continuaremos dirimiendo nuestras diferencias mediante sus embates de odio, ira y represión. El fanatismo será peor. No lo dudo. Y será peor porque las “benditas redes sociales” son las que “educan” a sus claques. Hay datos que nadie ve. O nadie quiere ver. O nadie quiere saber. O las “benditas redes sociales” no los replican por eso, porque nadie sabe: no se había visto lo anterior desde la Revolución Mexicana: disminuyó la matrícula escolar en el país. Sí, por primera vez el fenómeno desde la Revolución.
México hoy 2: En el país, bajo la égida de Andrés Manuel López Obrador, disminuyó la matrícula escolar. Se habla de un millón 200 mil niños y adolescentes no van a la escuela, con respeto al sexenio anterior de Enrique Peña Nieto. Y si ellos reciben su beca de pobres, sólo serán fanáticos y claques a favor de Morena y de Claudia Sheinbaum. ¿Educarse, ver el futuro? El futuro es hoy alargando la mano y gastarlo en drogas.
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México hoy 3: Todo preocupa, pero hay un tema que se volvió ubicuo: la ola de violencia y sevicia brutal. En todo el país. La organización Laboratorio Electoral enumeró 272 agresiones a aspirantes, candidatos, operadores y familiares desde el 7 de septiembre, día en que arrancó formalmente el proceso electoral. En un entorno de violencia extrema, gana o ganó quien tuvo una pistola en la mano.
Coahuila hoy 1: Victorias muy divididas en Coahuila (el PRI ganó 30 alcaldías). También recuperó varios municipios en manos de la oposición partidista. Uno de ellos es sintomático por jugar estratégicamente en un futuro inmediato: General Cepeda. Entre Saltillo y Parras, el bello pueblo da para mucho. Aquí ganó Mayra Ramos. Hubo un estratega, quien estuvo operando fina y milimétricamente la elección, el abogado Osvaldo Aguilar Villarreal, puso en práctica sus poco más de 20 años en el servicio público en el Gobierno, tanto en la ciudad de México como aquí. Regresaré al tema.
LETRAS MINÚSCULAS
Viene un mes de terror: septiembre. La eventual mayoría (aplanadora de Morena) en las dos cámaras (Senadores y Diputados) y bajo la mano de AMLO podrían, sin pestañar, enmendar la Constitución para 20 reformas y consumar el retroceso, la involución en el país.