El jugoso modelo de negocio del autoabasto de generación de energía electricidad

La iniciativa de reforma propuesta por el ejecutivo federal en materia eléctrica implica poner orden y corregir las anomalías restrictiva a la empresa pública de generación electica, la Comisión Federal de Electricidad -CFE-, de la actual reforma energética aprobada en el sexenio anterior de Peña Nieto. La propuesta de reforma implica primordialmente cancelar los permisos de contratos otorgados para la generación eléctrica con la figura jurídica de “autoabasto” concedidos “legalmente” en la legislación actual y conferir mayor participación a la CFE en la generación, distribución y trasmisión de energía en un 54% mientras que a las empresas particulares del sector eléctrico un 46%.

La propuesta de reforma a ocasionado controversias y disputas por ser un tema de seguridad nacional ya se constituye como un elemento vital para el desarrollo económico y social del país. Las visiones que se esbozan para conducir la industria eléctrica son contradictorias, por una parte, plantean que este tipo de industrial es un monopolio natural, estratégico para la soberanía nacional, que debe ser conducido por el Estado con una orientación de servicio público, negando su carácter lucrativo y promoviendo su operatividad con criterios sociales y de promoción del desarrollo social.

La contra parte, plantea un enfoque de negocio lucrativo en la energía eléctrica que debe ser, manejado por la iniciativa privada por ser “altamente eficiente” y ser el verdadero “motor del progreso”, impidiendo el carácter social que se conquistó en la década de los años 60 del siglo XX con la reforma del presidente López Mateos, donde se estipulo la nacionalización de la industria eléctrica declarando un bien público nacional. Sin embargo, en el vigente marco normativo predomina el modelo de negocios lucrativo en manos de la iniciativa privada con la mayor participación como proveedor de electricidad al sector industrial –industria pesada-, en el que, la energía eléctrica es altamente rentable por su alta demanda que exigen el sector y la Comisión Federal de Electricidad acapara obligatoriamente a los consumidores domésticos –hogares particulares- por la restricción legal que le impone la legislación actual de la reforma energética, que es estratosféricamente menos rentable que el sector industrial.

La CFE pagará los costos de distribución y mantenimiento de la red nacional de trasmisión eléctrica, que es compartida con la iniciativa privada, la ganancia obtenida de los consumidores domésticos no es rentable para la CFE, para cubrir los costos de mantenimiento y trasmisión eléctrica porque son muy elevados. De tal forma que, lo anterior es uno de los secretos que oculta en su lenguaje técnico-jurídico la reforma energética y sus leyes secundarios.

No obstante, otro secreto que esconde la vigente reforma son los permisos de autoabasto, que es una figura legal que abre a la puerta a la electricidad a muy bajo costo a grandes consumidores que generan la electricidad que consumen. En otras palabras, se plantea que una empresa ahora puede invertir en la construcción de una central de generación de electricidad que requiere la demanda de su propia fábrica. Sin embargo, en la realidad no sucede así.

El autoabasto de generación de energía eléctrica sería correcta, si las empresas colocaran la central de generación eléctrica en el espacio físico de su fábrica sin tener que usar ni afectar la red nacional de transmisión eléctrica, pero eso no sucede en la realidad. Lo que ocurre en los hechos concretos es que los grandes consumidores (fábricas y empresas) se asocian con generadoras de energía eléctrica privadas y simulan una sociedad de autoabasto cuando en realidad son clientes directos y proveedores de electricidad.

Las sociedades de autoabasto cuentan con empresas dueñas de centrales de generación eléctrica dispersas por todo el territorio nacional (que no están ubicadas en el área física de las fábricas de las sociedades de autoabasto a las que pertenecen, que debería ser lo correcto) y con empresas que tienen fábricas de alto consumo de energía eléctrica que también están dispersas a lo largo y ancho de a la república, por lo que tienen que utilizar la red nacional de transmisión eléctrica pagando un precio de trasporte eléctrico mínimo que fija la Comisión Reguladora de Energía. –CRE-

Las fábricas de las sociedades de autoabasto de la generación de energía eléctrica pagan una cuota muy baja por la electricidad, ya que sólo considera el costo de la generación eléctrica, a pesar, de usar la red nacional de transmisión eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad, que en estricto sentido la red de trasmisión es de la nación. El costo por el uso, manteamiento y distribución de la red eléctrica por las sociedades de autoabasto es absorbido por la CFE.

Las empresas de generación eléctrica privada –sociedad de autoabasto- cuentan con una enorme ventaja en la legislación actual en materia energética, porque sus centrales eléctricas tienen preferencia en el despacho de energía eléctrica a la red de trasmisión por encima de otros competidores, como la CFE –empresa pública y de la nación-.

Las sociedades de generación de energía eléctrica privada con permiso de autoabasto permite jurídicamente estipulada en el margen de la reforma energética actual, que una fábrica que está ubicada en el norte del país obtenga su la demanda de electricidad que necesita para su proceso productivo de una central de generación eléctrica que está ubicada en el sur del país porque están en la misma sociedad de autoabasto. Sin embargo, esto no ocurre concretamente en la realidad, porque la electricidad generada en el sur del país nunca llega al norte del país, es consumida en la misma región donde es generada por la demanda electricidad de la región o en las regiones contiguas de forma inmediata. Por consecuencia, la demanda de electricidad que consume la fábrica en el norte del país en su proceso productivo proviene de otras fuentes de generación ubicadas en su misma área geógrafa y en áreas continuas.

Por lo tanto, la Comisión Federal de Electricidad hace frente a las diferencias de precios de la generación de electricidad y los gastos de trasmisión en la red nacional todo eso lo realiza con los impuestos de todas y todos los mexicanos. Además, mantener en funcionamiento la línea de transmisión si existe escasez de energía proveída de las sociedades de autoabasto. La CFE tiene la obligación de asegurarse el equilibrio fino entre lo que se consume y lo que se genera y la frecuencia de la red y el respaldo en caso de que haya perturbaciones. Esos costos de mantenimiento y distribución, no los cubren las sociedades de autoabasto.

La actual reforma energética solo permitía 239 sociedades con permiso de autoabasto, sin embargo, la realidad es que existen más de 77,700 usuarios que aprovechan de la generación de electricidad a muy bajo costo a expensas de la sociedad mexicana , por lo que, aquello de la “libre competencia” es absolutamente falso, ya que nunca se logró el tan prometido libre mercado, más bien se creó un colosal grupo de sociedades privilegiadas en un mercado paralelo con prácticas monopólicas a modo en la generación de electricidad, digamos, “un club exclusivo para los grandes consumidores en donde se pagan recibos de electricidad a muy bajo costo” y la CFE no tiene acceso a ese mercado ni a esos clientes por la normatividad de la reforma energética actual. De tal modo, a la CFE se les dejó a los más de 4 millones de pequeños usuarios que su consumo de energía eléctrica representa muy poco, y que no constituyen la parte sustancial del negocio de la electricidad de nuestro país. Los grandes clientes con facturaciones mensuales de millones de pesos se ubican en el mercado paralelo de la generación de electricidad por autoabasto.

Por esta razón, el gobierno federal pretende poner orden y corregir los atropellos de las sociedades de generación de electricidad por autoabasto en el país y a la Comisión Federal de Electricidad, en la iniciativa de reforma que el poder legislativo está analizando.

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