El mundo gastronómico de Luisa
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Sin duda alguna, uno de los sitios por excelencia en la ciudad es Pour LaFrance. Ubicado en el periférico, en esa parada obligada. El Pour, como le decimos la mayoría, es un sitio que te abraza, sus ladrillos o cuachas lo hacen cálido. Sentarte a la buena espera de los alimentos es ponerte a realizar dibujos y letras en el papel que cubre la mesa y, en mi caso, redibujar las flores que adornan la mesa.
La chef Luisa Castilla es, a mi gusto y sin demeritar el trabajo de las mujeres a las que nos gusta la cacerola, una inspiración. El detalle, el buen gusto, la gracia hasta para ir al baño y que le hablen en francés.
Luisa se hace acompañar del también Chef Juan Carlos Guerra y quizá sea el equilibrio perfecto. El yin y el yang. En lo particular me gusta ir en otoño e invierno, pedir una copa de vino, hacer unos dibujitos mientras la espera se hace golosa cada instante.
Si es por la mañana toca el omelette Aldeano, con piñones y queso de cabra, es delicioso. O el clásico quiché, acompañado de fruta, y qué decir de los huevos benedictinos, afectuosamente acompañados de esta mezcla de granos de café que hacen único a este emblemático sitio.
¿Un clásico por excelencia o la excelencia lo hace clásico?
El lingüini de camarones es un apapacho en estas temporadas, evocador a las cocinas que desprenden aromas. Pero, aunque esté nevando, la ensalada de pollo con nuez y melón verde, con ese aderezo de poppy seed, es imperdible.
Siempre impecable, son de los lugares que no tienen 25 años por que las redes sociales los hicieron famosos, como es ahora, que pagando, aunque esté malo, parece bueno. En el Pour se palpa la dedicación, lo impecable, el buen detalle y la buena cocina. Ahí está el alma de Luisa, en ese pastel de zanahoria riquérrimo y único, al igual que su afamado créme brulee.
Y si por alguna razón dudamos de la experiencia reparadora que es ir a Pour la France... ¿Ya fue a Blonda? Otro sitio de culto en la ciudad, sus postres y ese sushi en vasito que amo. Delicado, bien hecho, perfecto, confiable, así es todo lo que ella hace.
Luisa es sencilla pocas veces la vemos en la escena de la marquesina y justamente es porque no la necesita. Las voces parroquiales hemos susurrado al oído durante años lo bueno que es. Ella no tiene necesidad de estar expuesta, ya que su gran talento habla, dice y fotografía muy bien su espíritu, sin necesidad de andar en la “farándula”, ella es su cocina y su cocina es ella. Sin hacer a un lado al amable ser humano que es Juan Carlos y el equipo que son juntos.
En estos años creo haber visto recientemente una portada de ellos. Merecidísimo, pero con portada o sin ella, lo que realmente habla es el talento y ese trabajo minucioso de hacer comida deliciosa e inspiradora.
Con un toque único desde sus noches de terraza con Los González. Unos buenos coctelitos y ¿Quién te pegó? Una entradita, sugiere el mesero impecable que lleva trabajando ahí más de dos décadas.
Y no olvidemos el arte de sus menús a cargo del maestro Jordán, vivos únicos y la bolsita para llevar con el sello del también maestro Armando Meza. Esa personalidad, habla mucho de quienes llevan la batuta.
El reconocimiento no son los aplausos, el verdadero reconocimiento es el tiempo, el trabajo y la permanencia, se dice fácil en una industria que está sufriendo por la alta demanda de las “estrellas” de las redes pagadas y falsas. Una industria que se convirtió en moda y en caprichos.
25 años de este clásico es inspiración y me pongo de pie para aplaudir el gran trabajo que se ve día a día en lo que es uno de los mejores sitios de la reparación que se necesita al momento de disfrutar una buena comida. Ya por ahí escribí de La Gloria Mesón, otra belleza en todo sentido.
Felicidades, querida Luisa Castilla, larga vida a tus proyectos gastronómicos, genuinamente admiro lo impecable y maravilloso que es disfrutar de tu cocina, así mismo a Juan Carlos Guerra con un don de gente poco común. Les admiro y aclaro que no pagaron por la nota.
Honra y gratitud a quienes con dedicación, amor y respeto se mantienen durante años haciendo cada día mejor la experiencia del servir. Sin aspavientos, de la publicidad nos encargamos los que de voz damos testimonio a tan extraordinario restaurante como lo es Pour la France.