Tal como se vaticinó en este espacio, la composición del Congreso de la Unión fue un factor determinante que explicó la reacción de los mercados y el impacto que sintió el tipo de cambio en las primeras horas posteriores a la jornada electoral del 2 de junio.
Me parece que toca ahora analizar con minuciosidad el panorama hacia adelante y cuál ha sido la reacción de las autoridades económicas y financieras ante estos episodios abruptos de corrección cambiaria.
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Utilizo el término de corrección cambiaria, ya que debemos de recordar que los niveles de la paridad peso-dólar previos al 2 de junio daban señales evidentes de una sobrevaluación del peso, por lo que desde semanas atrás ya se veía como una cuestión de tiempo para un inminente ajuste.
Bien podríamos empezar por analizar los comentarios vertidos por la gobernadora del Banco de México (Banxico), Victoria Rodríguez Ceja, quien hace algunos días señaló que el Banxico se encuentra listo para intervenir en el mercado en caso de que las condiciones así lo ameritan, ya que se cuenta con un nivel de reservas que cumple con amplitud los requerimientos de suficiencia.
Sería interesante que la gobernadora aclare a qué se refiere con requerimientos de suficiencia en las reservas internacionales y si con eso se refiere a la capacidad para sostener la paridad cambiaria.
De acuerdo con la más reciente encuesta trienal de los bancos centrales sobre los mercados de divisas que elabora el Banco de Pagos Internacionales (BIS) durante el año 2022, se negociaban en los mercados mundiales de divisas un volumen diario del peso mexicano del orden de 114 mil millones de dólares (mdd).
El stock de reservas internacionales, que se ubica en 219 mil mdd, solamente alcanzaría para las necesidades de liquidez correspondientes a dos días en los mercados de divisas. Ello nos permite dimensionar que el nivel de reservas internacionales es a todas luces insuficiente por sí solo. Llamemos las cosas por su nombre
Más aún, si en el discurso de la mandamás del instituto central −al momento de explicar las razones que están detrás del episodio reciente de volatilidad− enumera una lista de factores tanto internos como externos, sin hacer una explícita referencia al nerviosismo que están inyectando a los mercados las amenazas de reformas al Poder Judicial y órganos autónomos que debilitarían la estructura de pesos y contrapesos que sustentan la vida democrática del país. Llamemos las cosas por su nombre.
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El uso de las reservas internacionales para contener la volatilidad extrema del tipo de cambio tiene sentido sólo cuando va acompañado de un diagnóstico correcto por parte del banco central, así como por acciones y políticas económicas consistentes desde el Gobierno que abonen a la disciplina fiscal y a un ambiente amigable de negocios encaminado a estimular la inversión nacional y extranjera. Cosas que hasta el momento han estado ausentes en la agenda pública.
Mientras esto no suceda, no habrá nivel de reservas suficiente que mitigue los shocks en los mercados financieros. Sin ningún tipo de cortapisas, llamemos las cosas por su nombre.
X: @guillermo_garza