El sabotaje que hundió a la fiscal Godoy

Opinión
/ 22 enero 2024

La historia real de la frustrada ratificación de Ernestina Godoy como fiscal en la ciudad de México no radica en el bloque opositor que le cerró el paso en el Congreso; tampoco, en la llegada del interino Ulises Lara y su título “patito”. Lo trascendente será que los “duros” del oficialismo, representados por el jefe de Gobierno interino, Martí Batres, operaran la defenestración de la funcionaria, cercana a Claudia Sheinbaum, y colocaron en su lugar a un cómodo espantapájaros.

El esquema supone mantener a Lara López como fiscal interino al menos hasta septiembre, cuando se estrene la nueva legislatura local. En su afán por legitimarse, este personaje presionó a la Barra de Mexicana Colegio de Abogados, que encabeza Víctor Olea Peláez, para ser admitido. Fue tajantemente rechazado, mediante un escrito que firma no sólo Olea, sino también Arturo Pueblita Fernández, presidente del Colegio Nacional de Abogados, y Nuhad Ponce Kuri, presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa.

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Este columnista rescató testimonios, sobre este proceso, de diputados locales, dirigentes partidistas y fuentes federales, que refieren un cabildeo oficial aparentemente farragoso, pateando los tiempos hacia adelante, que incluyó a Martí; a su secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz; a Lara, y al presidente del tribunal capitalino Rafael Guerra, entre otros.

Las contradicciones se reflejaron en la oposición. De acuerdo con las versiones recogidas, el líder priista Alejandro “Alito” Moreno presionó hasta el último momento contra la ratificación, mientras que el alcalde de Cuajimalpa, el también priista Adrián Rubalcaba, estuvo detrás del intento de provocar la ausencia de varios diputados tricolores, de tal suerte que en el pleno se pudieran alcanzar las dos terceras partes en favor de la ratificación de Godoy Ramos.

Un testimonio perturbador provino de áreas de inteligencia federal que investigan el ataque a balazos el domingo, víspera de la votación, contra el vehículo de la legisladora local priista Guadalupe Barrón. En los días posteriores la indagación apuntaba no a la fiscalía capitalina ni al gobierno de la ciudad, sino hacia Cuajimalpa, donde desde hace años ha cobrado arraigo el uso de pistoleros en la política. Barrón declaró haber recibido amenazas de muerte si se presentaba a la sesión crucial del lunes 8.

Desde el fin de semana previo el oficialismo daba por perdida la causa de la ratificación. La ley dispone que en ausencia del fiscal, el cargo sea asumido en forma interina por el coordinador general (antes subprocurador) de Investigación Territorial, cargo que ostentaba Oliver Pilares, quien se presenta como cercano a Omar García Harufch, exsecretario capitalino de Seguridad Ciudadana y estrecho colaborador de la doctora Sheinbaum Pardo. Pilares había expresado ante sus cercanos la certeza de que el puesto sería para él.

Pero la tarde del domingo 7, la todavía fiscal Ernestina Godoy fue citada a una reunión donde se tomó el acuerdo: Ulises Lara (que formalmente tenía el cargo de jefe de asesores) intercambiaría puesto con Pilares, para orientarlo al interinato. Y así ocurrió.

APUNTES

Manlio Fabio Beltrones, acaso el político más sólido de su generación, regresará al Senado, donde en el periodo 2006-2012 logró concentrar enorme poder al frente de la bancada del PRI, entonces tercera fuerza. Se registró para hacer campaña “por tierra”, por escaño de mayoría, que ya ganó una vez en el lejano 1988.

La ocasión más reciente fue candidato plurinominal o de lista nacional, como podría ocurrir ahora, simultáneamente. Su registro paralelo se explica por la desconfianza que inspira el dirigente priista Alejandro Moreno. En el peor de los casos, Beltrones arribará a un escaño de primera minoría, y sin duda coordinará a la fracción opositora. La pregunta es con quién se medirá de Morena.

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