¿El voto duro vs. programas sociales?
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Ante el riesgo que la elección de gobernador en Coahuila en el 2023 se convierta en una lucha de músculos con programas sociales y estructuras o voto duro de los partidos políticos, expertos se inclinan por fomentar desde ahora la participación ciudadana en el próximo proceso, crear conciencia sobre el voto razonado y la exigencia a las autoridades electorales para difundir la jornada.
Hay razones de peso para sostener la hipótesis: mientras se incrementa el reparto de dinero, despensas y otros beneficios sociales no sólo en Coahuila, sino a nivel nacional, de la mano va una disminución en el número de personas que acuden a votar; quienes lo hacen son llamados por los partidos.
En los últimos seis procesos electorales estatales celebrados en México, solamente Tamaulipas y Durango tuvieron una participación en las urnas superior al 50 por ciento: Tamaulipas (53%), Hidalgo (47%), Aguascalientes (45%), Quintana Roo (40%), Oaxaca (38%) y Durango (50%); los números son sólo del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
Hay una baja sensible en el número de personas que salen de su casa a emitir su voto, comparado con las elecciones presidenciales, que tienen mayor participación: en el 2018 la asistencia a las urnas fue de 63.4 por ciento, y la anterior en el 2012 fue de 62.7 por ciento.
EN 2017, VOTÓ EL 58 POR CIENTO
En el caso de Coahuila, en la última elección para gobernador en el año 2017, la participación de los votantes en la jornada fue del 58.72 por ciento, es decir, por debajo de la media de los procesos electorales presidenciales desde 1994.
En esta entidad, en 2017, salieron a votar un millón 274 mil 521 personas de una Lista Nominal (personas registradas ante el INE, con credencial y con sus derechos electorales a salvo) de 2 millones 170 mil 396 personas.
Para agrupaciones como el Consejo Cívico de las Instituciones de La Laguna (CCI Laguna), y Participación Ciudadana 29, un colectivo de asociaciones civiles, lo más importante es el voto razonado en los ciudadanos, pero sobre todo que salgan a votar, y eso se logra solamente incentivando y concientizando de la importancia de decidir quién gobernará durante los seis años siguientes al 2023.
Participación Ciudadana 29 iniciará el fomento a acudir a las urnas en la elección del 2023, lo hará en las próximas semanas, pero su inquietud principal es que si bien los partidos políticos difunden mensajes para llamar a los electores a votar, estos ya tienen un sesgo, mientras que las autoridades hacen su trabajo, pero este comienza hasta el inicio del proceso.
PROGRAMAS SOCIALES
En cuestión de reparto de programas de beneficio social, el Gobierno de la República, a través de la Secretaría del Bienestar, tiene un padrón de 656 mil 309 coahuilenses que reciben algún tipo de apoyo económico, principalmente adultos mayores y personas con discapacidad.
El dinero federal que se entrega a los beneficiarios de Coahuila, sólo a través de la Secretaría del Bienestar, suma los mil 209 millones 579 mil 629 pesos, aquí no están incluidas algunas de las becas estudiantiles, y tampoco el apoyo de Jóvenes Construyendo el Futuro, las primeras son entregadas por medio de la Secretaría de Educación federal y el segundo con intervención de la Secretaría del Trabajo.
El total de beneficiarios de los programas sociales locales no se encuentra disponible, sin embargo, se entregan despensas, útiles y uniformes escolares, así como ayudas económicas, principalmente, y ahora todo canalizado a través de Mejora Coahuila de la Secretaría de Inclusión y Desarrollo Social.
La elección pasada para gobernador fue la más reñida de la historia y se dio entre dos alianzas encabezadas por el PRI por un lado, y el PAN, por otro; Morena se quedó muy distante de los dos candidatos que recibieron más votos.
Aquí es donde juega el músculo de la estructura o voto duro, sin embargo, para el 2023 se prevé una alianza que estaría integrada por PRI, PAN y PRD, partidos que ya fueron unidos en las elecciones pasadas de 2022 y ganaron dos de seis gubernaturas: Aguascalientes y Durango.
LAS ALIANZAS EN NÚMEROS
El PRI con Miguel Riquelme como abanderado ganó la gubernatura aliado de partidos como PVEM, Nueva Alianza, Sí Coahuila, Joven, Revolución Coahuilense y Campesino Popular, quienes sumaron 482 mil 874 votos.
El PAN, por su parte en el 2017, se alió con Unidad Democrática, Primero Coahuila y Encuentro Social, y obtuvo un total de 452 mil 14 votos, una diferencia de apenas 30 mil 860 votos por debajo de la alianza del tricolor.
Pero en realidad los partidos aliados aportaron un mínimo de votos tanto al PRI como al PAN en la elección de gobernador en el 2018: el PAN como partido, sin alianza, logró 386 mil 97 votos; las alianzas le sumaron al candidato de ese momento, Guillermo Anaya, 66 mil 289 votos.
En el caso del PRI, como partido, los coahuilenses le favorecieron con 422 mil 869 votos, es decir, sus seis partidos aliados le sumaron 60 mil 5 votos, menos que al PAN.
Contabilizando los votos que recibió cada partido en el 2017, más 21 mil 111 sufragios que logró el PRD como partido, la alianza en puerta tendría una meta de alrededor de 830 mil votos, aunque esto en realidad tiene una variación muy significativa seis años después por las preferencias electorales.
Pero los partidos políticos trabajan sobre el número de voto duro o estructuras políticas, de tal manera que estos tres partidos aliados traen músculo en voto de su militancia, mientras que Morena, aún sin una estructura bien definida, le apostaría al padrón de beneficiarios de los programas sociales.
INCENTIVAR LA PARTICIPACIÓN
Ante el escenario de duelo de músculos por programas y voto duro, Marco Zamarripa dijo que el Consejo Cívico de las Instituciones de La Laguna persigue la participación de ciudadanos en las elecciones, pero también se enfoca en exigir transparencia en los perfiles de los candidatos, todo para que se haga un voto razonado.
“Es importante y está en nuestra agenda hacer esa promoción activa con la sociedad civil, para que participen”, dijo Zamarripa.
“Cada partido tiene su voto duro o estructura, y en ocasiones se mantienen a través de programas sociales y luego se vuelven clientelares. Pero hay un ánimo de los órganos electorales de que exista un padrón de beneficiarios con el objetivo de que no se utilice ese padrón para intereses muy particulares y favorecer a algún partido político”, explicó el titular del CIC Laguna.
“Lo que tenemos que hacer como sociedad para que exista una correcta democracia es lograr incentivar a la mayor cantidad de ciudadanos a que acudan a las urnas y que esa sea la voluntad de todos. A mayor competencia electoral puede asegurarse que los procesos democráticos están funcionando. Creemos que lo que no ayuda es el número de partidos, porque logran fraccionar el voto y buscan aliarse para no perder su registro y seguir obteniendo financiamiento público”, señaló.
Para Patricia Tobías, quien encabeza el colectivo Participación Ciudadana, el abstencionismo tiene que ver con el desencanto de la población con sus gobernantes.
“En las elecciones hay disminuciones en la participación ciudadana, pero eso tiene mucho que ver con la insatisfacción de la gente acerca de los resultados y del trabajo que reportan los políticos que resultan electos. Hay un sentir ciudadano por el alejamiento de las figuras políticas, en cualquier orden de gobierno”, dijo Tobías.
“El verdadero contrapeso contra los poderes que no trabajan por los ciudadanos debe ser la misma ciudadanía, es la que castiga o quita el voto. Estamos convencidos de que debemos trabajar mucho en el incremento de la participación ciudadana y esto se debe hacer promoviendo que las personas estén más informadas de los quehaceres del gobierno”, señaló.