En el Día de la Bandera...

Opinión
/ 24 febrero 2022

Los verdes, los de a de veras, están esperando el momento en que las muchedumbres se vuelquen a las calles

Les platico: los verdes, los de a de veras, están esperando el momento en que las muchedumbres se vuelquen a las calles -como sucedió en Bolivia- y cuando eso ocurra, pondrán sus armas en el piso y se unirán al pueblo y no contra él, como les ordenarán los que a cambio de contratos de obra, servicios y proveeduría sin límite, sin concursos ni licitaciones, están entregados lastimosamente al poder ejecutivo.

Los blancos solo existen en los pañuelos que el inquilino de la suite presidencial frente al Zócalo enarbola pidiéndoles a los delincuentes y criminales que se porten bien y dándoles el beneficio de la duda cuando a las mismas tropas les dice que aún ellos -los criminales- son humanos y merecen el perdón.

Los rojos tiñen en todas sus tonalidades las calles de ciudades, de estados y de un país que se desangra inmisericordemente ante la más criminal inacción, ineficiencia y en el peor de los casos, complicidad, de las fuerzas del orden y seguridad en todos los niveles.

Los verdes de los bosques que son talados arteramente por las bandas del crimen organizado que se han diversificado a grado tal, que difícilmente encontramos un segmento de la actividad industrial o comercial donde estén metiendo sus narices, perdón, sus pistolas.

Los blancos en que estamos convertidos por obra y gracia de las arteras agresiones verbales presidenciales, quienes nos dedicamos al que hoy es el oficio más peligroso en México: el periodismo.

Los rojos que alimentan de su odio al presidente para que pinte de ese color los bastiones y blasones de un desarrollo nacional que se extingue y palidece cada día más.

Los verdes de las selvas devastadas para dar paso al “chú chú” de un trenecito cuyas vías descarrillan antes aún de que por ellas transiten locomotoras y vagones que solo existen y se justifican en las alucinadas mentes de quienes catalogaron a este proyecto como de “seguridad nacional”, para que nadie ose husmear ni meter sus narices en busca de la tan escasa transparencia del gobierno mexicano.

Los blancos palomitos que se ostentan como tales desde sus puestos de poder en el politburó de Morena y la 4T, donde hacen de las suyas ante las podridas prácticas de influyentismo y tráfico de influencias.

Los rojos indicadores económicos que gritan a los 4 vientos que México -con este gobierno de la 4T- va derechito al voladero.

CAJÓN DE SASTRE

“De todos modos, feliz Día de la Bandera”, dice la irreverente de mi Gaby.

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