En sus marcas, listos, fuera. Arrancamos la LXV Legislatura

Opinión
/ 20 agosto 2021

El primero de septiembre entran las y los nuevos diputados, y se renueva parcialmente la Cámara de Senadores. Esto no es cualquier cosa. Nunca lo ha sido, pero ahora menos. Les cuento por qué.

En un país en el cual el Presidente “tiene otros datos” cada vez que no quiere asumir un error, quiere tener la razón o simplemente no tiene un argumento para contestar una pregunta directa. En un país donde es más importante quién dice algo sobre qué dice. En un país que tiene de emblema “por los que menos tienen” que aumenta la pobreza de 12 a 14 millones de un año al otro. En un país donde el Presidente reniega de las instituciones o las etiqueta como “mafia del poder” cuando no están de acuerdo con lo que él dice o quiere hacer. Se vuelve determinante el poder que puedan tener o no las y los senadores y diputados en los siguientes tres años, hacia la elección presidencial del 2024, serán quienes puedan o no poner límites al poder del Presidente.

Para muestra, un botón. El presidente López Obrador en las mañaneras de esta semana dijo que mandaría a las cámaras la propuesta de Ley para cambiar a todos (sí, todos, no importa que la Ley diga que deben ser de forma escalonada, esto con el afán de no estar ligados a ningún Presidente y servir de real contrapeso) las y los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y las y los magistrados del Tribunal Electoral. Esto es gravísimo, porque aumentaría su poder político. Recordemos que vivimos en una República, Federal, Democrática. Esto quiere decir que está dividida en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ninguno de ellos debe tener más que poder que otro, son los contrapesos necesarios para velar que se trabaje por el interés común de todas y todos los mexicanos.

Para nadie es un secreto que López Obrador tiene un pleito casado con el INE. En especial con Lorenzo Córdova, su presidente. Está enojado (y ha estado) con quien le dio el triunfo en el 2018. El problema radica en que a López Obrador solamente le gusta el músico que baila su son, todos los demás son “la mafia del poder”.

Algunos analistas dicen que Morena no ganó realmente la elección del pasado mes de junio porque no obtuvo la mayoría absoluta (50+1) . Yo aún no estoy tan segura de eso; porque haciendo buenos amarres (como los han hecho ya) pueden alcanzar la mayoría calificada (dos tercios / tres cuartas partes). Espero la oposición esté a la altura de los deasafios que se presenten, que no serán nada sencillos y sin duda marcarán historia en México, para bien o para mal.

Hoy estoy contenta con la noticia que se dijo que no al periodo extraordinario (antes de que empiece esta nueva legislatura) para la Ley de Revocación que quería mandar López Obrador, gracias a los 13 votos en bloque de la Permanente (los represenantes legislativos que se quedan mientras no están en sesiones normales en las cámaras). Esta Ley intentaba usar la consulta popular (otra vez) como concurso de popularidad, y no como el derecho político que tenemos todas y todos. Este es un llamado permanente a la oposición a que se pongan de acuerdo y hagan una buena estrategia de una vez por todas para esta próxima legislatura. Nos urgen ciudadanos de tiempo completo que, más allá de los colores y las ideologías, los premios a corto plazo, los proyecto personales, piensen en lo que necesitamos como país.

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