Entre Gary Oldman y Mario Morán

Noviembre terminó en materia de series en streaming con el estreno en Apple TV de los dos primeros capítulos de la tercera y penúltima temporada de la serie de manufactura británica “Caballos lentos” (“Slow Horses”).

“Caballos lentos”, como bien lo mencionamos en este mismo espacio cuando se estrenó la primera temporada de la misma, es el nombre que lleva una unidad clandestina de la inteligencia británica que le han asignado por ser vistos como “el patito feo” de esta corporación pero la cual ser presidida por uno de los espías con mayor experiencia a pesar de métodos poco convencionales da resultados junto a su equipo integrado en su mayoría por agentes que han sido enviados a este vertedero del M15 debido a los errores que terminaron con su carrera.

Ese líder de nombre Jackson Lamb es interpetado por el primer actor inglés ganador del Oscar Gary Oldman, y para quienes hemos seguido su carrera desde los años 80 cuando se inició con grandes directores de su país como el maestro Mike Leigh en cintas como “Meantime” (1983), no nos sorprende en lo absoluto sacrrifique toda su apariencia con tal de dar la mejor interpretación para cada proyecto en el que se ve inmerso, y si ya ha hecho público que “Caballos lentos” es el trabajo con el que se despide como actor, vaya que tan solo en el primer capítulo de la tercera temporada no solo reafirma el carácter deinhibido, irascible, desaliñado, obeso y hasta pedorro de su personaje que lo convierten en una de las principales razones de ver esta serie además de su ágil e inteligente narrativa.

Sin embargo, en lo que esto sucedía en el streaming con el estreno el pasado miércoles 30 de noviembre por Apple TV de los dos primeros capítulos de la tercera temporada de “Caballos lentos”, la noche del jueves 1 de diciembre, en vísperas de su estreno por VIX, el canal de “Las Estrellas” transmitió el primer capítulo de la bioserie “Se llamaba Pedro Infante” la cual, como su título lo indica, es la recreación, ahora sí que con el sello totalmente de Televisa, del llamado “´Ídolo de México”, una de las más grandes estrellas masculinas de la Época de Oro de nuestro cine que nunca ha sido desconocido (o cuando menos para las nuevas generaciones sí) de lo mujeriego que fue y que pasó prácticamente sus últimas horas de vida tratando de arreglar el problema legal que provocó incurriera en la bigamia.

Es así como quien lleva el primer crédito de la serie en lugar de ser el actor que interpreta a esta legendaria figura de nuestra cultura popular es la actriz Ana Claudia Talancón al interpretar a María Luisa León, la primera esposa de Pedro Infante, y un papel que sin vuelta de hoja le hubiera quedado mucho mejor a otros actores considerados para el mismo como Jorge Gallegos (“Yo no creo en los hombres”; “Amor dividido”), quedó a final de cuentas a manos de un joven y todavía muy verde actor como Mario Morán (“No manches Frida”; “Hijas de la luna”), quien quizás en cuanto a cuerpo de gimnasio pudiera tener algún parecido a Infante pero en cuanto a carisma y actuación deja mucho qué desear desde las primeras escenas del primer capítulo que inicia justo en las últimas horas de vida de “El Idolo”.

El principal problema no es tanto Morán, sino la propuesta general del productor y guionista Rubén Galindo, quien se aproximó a esta bioserie al igual que la que le dio tanto éxito en el 2017 “Hoy voy a cambiar” sobre Lupita D´Alessio, pero vaya que hay un mar de distancia entre la vida de “la Leona Dormida” con la de Pedro Infante y Gabriela Roel, quien interpretaba a la D´Alessio en su etapa madura era la actriz con el calibre indicado para esa imponente presencia, también opaca, por mucho, a Morán.

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