Historias de gobernantes

Opinión
/ 17 abril 2024

Bajo el mandato del exgobernador Rubén Moreira Valdez, ningún alcalde coahuilteco obtuvo una presencia que lo hiciera destacar en el escenario político.

Rubén gustaba mantener un férreo control de los funcionarios estatales y locales, y maniobraba para debilitarlos, y de ser necesario, castigarlos para bajarle las “ansias de figurar”.

En su ensimismado y complejo sistema de gobierno, Rubén era una especie de reyezuelo, y los funcionarios y alcaldes, sus vasallos. Nadie podía estar por encima de él.

Por eso en el plano sucesorio, Moreira Valdez, obró con la misma intención, y buscó un perfil opaco y sin carisma, para que le debiera el triunfo, y no lo superará como gobernante.

Así es que eligió al lagunero Miguel Ángel Riquelme, que cumplió rigurosamente con el guion establecido, y nunca rompió el cordón umbilical con su antecesor.

Sobre todo, porque ganó débilmente la gubernatura, luego de una reducida diferencia en votos con el candidato albiazul, que se dirimió en tribunales.

Miguel, sin embargo, fue más hábil que Rubén, pues a pesar de su fama porril, y de mano dura, -que si la tiene – manejó la mano izquierda para domesticar a los alcaldes, sin distingos políticos.

Su mefistofélica lengua y los buenos negocios, convencieron a los opositores a sumarse a su causa y rendirse a los placeres del poder.

Los presidentes municipales del PRI, vivían celosos del meloso y acaramelado trato preferencial que gozaban los ediles panistas, Alfredo Terrazas, de Monclova y Julio Long, de Rosita, entre otros.

Riquelme Solís enamoró políticamente a los alcaldes de oposición, pero en el camino, quedó también prendado, hasta convertir a su gobierno priista, en el más panista de la historia.

Al momento de la sucesión, era evidente la dificultad para encontrar un candidato menos carismático y simpático que MARS, y este en consecuencia, actuó en sentido contrario.

El joven exalcalde sarapero, Manolo Jiménez, fue entonces perfilado, preparado y protegido para sustituir en Palacio Rosa, al hoy candidato a senador del PRI.

Jiménez Salinas logró una votación histórica y ya investido como gobernante, de inmediato eligió la autonomía y pintó raya.

Manolo trae ideas propias, sin exigencias ni de culto, ni de servilismo a funcionarios estatales y alcaldes de Coahuila, y por lo que se observa ejercerá un liderazgo tolerante y liberal.

Es prematuro, pero las señales así lo apuntan...

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DISCRIMINACIÓN ELECTORAL

Hasta en los debates hay categorías, y para el Instituto Estatal Electoral en Coahuila, no es lo mismo Chana que Juana.

Mire usted, que el organismo electoral aceptó la realización de debates no solo en urbes como Saltillo y Torreón.

También dio el visto bueno para estas acciones democráticas en municipios mediano y pequeños, como Sabinas.

Con la salvedad de que en los grandes municipios son presenciales, y en los pequeños, serán virtuales.

Ahí está el detalle...

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ENEMIGO INESPERADO

No hay peor enemigo para una mujer, que otra mujer, y eso le ocurre a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez.

Luego del debate y tras una serie de disparates verbales, la candidata de la alianza PRI, PAN, PRD, perdió el apoyo femenino, por su desastroso desempeño y sus pésimas ocurrencias.

“Xóchitl no nos representa, esta bien bruta, y no la queremos de presidenta”, alegan en redes sociales, las maestras del drama.

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