Industria automotriz: el camino es eléctrico

“El tema de los vehículos eléctricos se aceleró. En California, que es el principal mercado de toda América, tienen como meta que para el 2035 sólo circulen vehículos eléctricos. No habrá de combustible fósil. No hay tiempo, tenemos que hacerlo (la conversión de la industria) muy rápido”.

La frase anterior corresponde a declaraciones realizadas ayer, durante un encuentro con empresarios de la Región Sureste, por el canciller Marcelo Ebrard, durante una visita realizada al estado.

No hace falta, desde luego, que un político reconozca en voz alta lo que es evidente para que las inversiones se detonen en la dirección adecuada. Sin embargo, siempre es útil un reconocimiento explícito de lo que está ocurriendo para inyectar confianza a los mercados.

Es el caso, por supuesto, de la industria automotriz en el proceso de conversión hacia la producción de autos eléctricos, estrategia en la cual Coahuila –y, en específico, la Región Sureste– ha decidido convertirse en pionera.

Apostar por una idea de futuro implica asumir riesgos y por ello es relevante que un alto funcionario del Gobierno de la República reconozca lo que se está haciendo en nuestra Región, pues con ello se incentiva el que más empresarios consideren invertir en este tipo de proyectos.

Señalar sin ambigüedades que el futuro de la industria automotriz es eléctrico –no porque lo haya decidido un gobierno, sino porque se trata de una tendencia en contra de la cual no es razonable apostar– implica inyectarle confianza a las inversiones de largo plazo que requiere el desarrollo de este sector de la economía.

Se trata, a no dudarlo, de una buena noticia para Coahuila el que la administración federal se manifieste en la forma en la cual lo ha hecho el responsable de la política exterior mexicana, pues ello incentiva la llegada de mayores inversiones al país y nuestra entidad.

Con independencia de la llegada de nuevas inversiones, el posicionamiento deja claro que México seguirá siendo un aliado estratégico para nuestros principales socios comerciales –Estados Unidos y Canadá– países de donde proviene la mayor parte de la inversión que se asienta en nuestro país.

En el contexto actual, de alta volatilidad debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, así como de incertidumbre a raíz del panel de controversia abierto por la disputa en torno a las reglas que rigen a industria eléctrica en México, lo dicho por Marcelo Ebrard ayer inyecta tranquilidad.

Posicionamientos de este tipo son necesarios para que la economía nacional crezca, pues la confianza de los inversionistas en nuestro país es una variable crítica al momento de competir a nivel internacional por los recursos que generan empleos permanente y, por ende, empujan el crecimiento de la economía doméstica.

Estamos en el camino correcto y el hecho de que esto se reconozca de forma explícita es una buena noticia para todos porque implica que existe acuerdo en torno a la apuesta de futuro y eso es algo que, con independencia de las discrepancias políticas, es una buena noticia para todos.