Juan Rulfo y su inagotable lucha por reivindicar la cultura mexicana
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El autor de El llano en llamas y Pedro Páramo (conocidas de manera universal) nació un 16 de mayo de 1918 en Apulco, Jalisco
“Este mundo, que lo aprieta a uno por todos lados, que va vaciando puños de nuestro polvo aquí y allá, deshaciéndonos en pedazos como si rociara la tierra con nuestra sangre. ¿Qué hemos hecho? ¿Por qué se nos ha podrido el alma?
Juan Rulfo en Pedro Páramo.
El inagotable escritor Juan Rulfo, cumple este mes, 38 años de haber fallecido; pero permanece como el mayor exponente del realismo mágico de nuestro país, género que plasmó el paisaje del México rural, brindando una imagen tan real y a semejanza que sus obras nos hacen sentir lo que sintieron sus personajes en carne propia.
¿Qué es el realismo mágico? El realismo mágico es una corriente literaria de mediados del siglo XX que se caracteriza por la narración de hechos insólitos, fantásticos e irracionales en un contexto realista. El término fue acuñado en 1925 por el crítico de arte e historiador alemán Franz Roh. Más adelante, se usó el término para referirse a una nueva tendencia en la literatura hispanoamericana en la que la realidad coexiste con la fantasía. Surgió entre 1930 y 1940, y llegó a su auge en las décadas de 1960 y 1970. En las novelas y cuentos mágico-realistas, el narrador presenta hechos improbables, oníricos e ilógicos de manera natural, sin asombrarse por ellos ni darle al lector una explicación como si pertenecieran a la realidad.
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El autor de El llano en llamas y Pedro Páramo (conocidas de manera universal) nació un 16 de mayo de 1918 en Apulco, Jalisco, aunque fue registrado en la ciudad de Sayula, ubicada en el mismo Estado. A temprana edad, el niño Juan, vivió acontecimientos que marcaron su vida, como el asesinato de su padre cuando solo tenía cinco años de edad. Vivió la Revolución Mexicana en carne propia, lo que lo hizo ver de cerca toda la incertidumbre social por la que atravesaba nuestro país.
El joven Rulfo, se traslado a la ciudad de México donde curso como oyente los cursos de historia del arte en la Escuela de Filosofía y Letras de la máxima casa de estudios de nuestro país. Este momento aumentó su interés por la cultura autóctona mexicana. En esos andares, no pudo conseguir ingresar a la carrera de Derecho, por lo que trabajo en la Secretaria de Gobernación del gobierno federal, en donde comenzó a escribir en diversos semanarios y revistas. Concursó en la época de los años 50 a varias becas que otorgaba en Centro Mexicano de Escritores, de donde derivaron sus más grandes obras: El llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955). Estas dos obras maestras hicieron su prestigio, y más aún, que creciera al grado de hacerle el escritor más reconocido de México; al punto que escritores como Mario Benedetti, Carlos Fuentes y Jorge Luis Borges entre otros, fueran grandes admiradores suyos.
Por su amor a la tierra mexicana (en su sentido literal), su solidaridad y amor al desprotegido y su protesta de manera artística en contra de las injusticias que vive el campo mexicano, las dos últimas décadas de su vida, Juan Rulfo las dedicó a trabajar en el Instituto Nacional Indigenista de nuestro país. Al recordar con tristeza el 7 de enero de 1986, pero con alegría por el legado que nos dejó, le merecen estas pequeñas líneas a este gran mexicano.