La identidad mexicana en la obra de Eloy Cerecero Sandoval

Opinión
/ 15 agosto 2023

La vez última que lo vi, sobre su rostro había una sonrisa. No era de extrañar, siempre la traía consigo. Era un hombre alegre, positivo, emocionado en su trabajo, pintor apasionado.

Eloy Cerecero Sandoval fallecido el 11 de agosto, mantuvo inalterable una vocación que avivaba todos los días con trabajo amoroso y tenaz. A él lo conocí cuando el Instituto Estatal de Bellas Artes organizó una exposición de homenaje por sus 25 años de labor artística. Lo seguí con los años, expuso en el Centro Cultural Vito Alessio Robles con otros expositores y luego, este año, en la exposición de homenaje “Bitácora de juicios” en el Centro Cultural Vito Alessio Robles por toda una vida de trayectoria artística.

Su historia en el mundo de la plástica comienza en la década de los años cincuenta del siglo pasado, cuando solicita su ingreso al Frente Nacional de Artes Plásticas, en la Ciudad de México.

Quien fuera el reconocido pintor José Chávez Morado le advierte que si desea formar parte de este grupo debe acudir a la junta ordinaria y traer cuatro piezas para que se las evalúe la asamblea.

El voto de su ingreso fue unánime y con su pieza “El desgranador” participó en la exposición conmemorativa de 50 aniversario en honor de la pintura de Diego Rivera, quien elogió el trabajo de Cerecero.

De ahí todo sería para adelante en su talante y talento como pintor. Realizó una visita al maestro Francisco Goitia y cuenta que le inspiró tanto que lo retrató. El resultado, una excepcional pintura con el título “Tata Goitia”. Hace poco, para la exposición que el Cecuvar realizó en homenaje del maestro, escribí que este retrato es del dolor que produce la pérdida, pero también de la serenidad de un rostro que se transmite en el trazo de cada pliegue de la piel y en la encanecida y luenga barba. El óleo se expuso en Galerías Chapultepec en la Ciudad de México y en la Segunda Bienal Interamericana del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Director y maestro de la Escuela de Artes Plásticas “Rubén Herrera” de la Universidad Autónoma de Coahuila, fue también coordinador general de Difusión Cultural de la misma universidad, y por mucho tiempo trabajó las ilustraciones artísticas en nuestro periódico VANGUARDIA.

Deja un legado importantísimo para las nuevas generaciones; su deseo de destacar la identidad cultural de los mexicanos: sus símbolos, sus creencias, sus costumbres y tradiciones. Proviene de una época en la que en el muralismo se intentaba precisamente recoger en lienzos la identidad de los mexicanos y lo mexicano. Lo logra de una manera excepcional.

Su enseñanza está igualmente en la manera en que se volcó a su mayor pasión. Todos los días tomó el pincel, enterándose de lo ocurrido en el mundo a su alrededor, gran lector y seguidor de las noticias.

Así, durante la pandemia, sin dejarse arredrar por lo que acontecía, produjo una serie que arrancaba con el tema del conocimiento de COVID-19, cómo fue evolucionando la información, hasta llegar el momento en que se dejan de emplear los cubrebocas, pasando por el tema de la vacunación, confiriendo un sentido de esperanza a sus cuadros.

Risueño, optimista, alegre, así lo vamos a recordar. Con su pincel en mano; con su enorme entusiasmo y un optimismo desbordante. Generoso y emocionado de presenciar cada día de estreno.

“¡...Y seguiré mi camino hasta el final!”, expresaba en la exposición que estuvo en galerías del Cecuvar todavía este 2023. Un camino de promesa y esperanza.

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