La izquierda y la derecha realmente deberían ser complementarias
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Siempre he sostenido la idea de que el problema entre la izquierda y la derecha es que se han visto en México como antagónicos sin entender que realmente deberían ser complementarios.
La derecha ha generado a lo largo de la historia desarrollo económico y la izquierda debería generar desarrollo social y ambos deberían promover el desarrollo político.
¿Cuál es la realidad del país?
Aproximadamente 50 por ciento de la población mexicana, según censo de 2020, es menor de 30 años; entre 50 y 55 por ciento de la fuerza laboral se considera que es empleo informal; el PIB anual del país es de aproximadamente 20 billones de pesos ( base 2013) ; la inversión extranjera directa (IED) ha sido en promedio de los últimos 10 años, 33 mil millones de dólares anuales, es decir menos del 3.5 por ciento del PIB anual nacional; la inversión fija representa aproximadamente 20 por ciento del PIB, de la cual 17.5 por ciento del PIB proviene del sector privado y solamente el 2.5 por ciento del PIB es inversión pública.
La realidad nos grita que México tiene todo para ser un país atractivo a la inversión productiva, sin embargo, no recibe los flujos necesarios de inversión porque lo que no ha sido nuestro país es confiable a la inversión productiva.
La corrupción, la inseguridad y el dominio territorial e institucional del crimen organizado, la falta de servicios básicos como agua y luz para los habitantes y las industrias, la falta de un verdadero estado de derecho, la falta de certeza jurídica sobre las inversiones, el abuso del poder y la violación sistemática a los derechos humanos, los caprichos gubernamentales, el discurso cuatroteísta antiempresarial, los atentados contra el Estado constitucional, la cancelación arbitraria de contratos y obras de inversión extranjera o nacional, los intentos de violentar las instituciones democráticas, entre otros generan que no existan los flujos de inversión que México podría captar acorde a su ubicación, potencial y atractividad histórica pero no lo logra ya que no genera confianza.
México necesita ser un país atractivo y confiable a la inversión productiva sea esta nacional o extranjera para poder generar los empleos formales que la juventud necesita. Sólo por demografía, el país requeriría 2 millones de empleos anuales los próximos 10 años consecutivos, es decir 20 millones de nuevos empleos.
México necesita más y mejores empresas que generen más y mejores empleos con más y mejores empresarios. Pero no todas las sociedades generan empresarios y por consiguiente no todas las sociedades pueden lograr crecimientos y cambios saludables y rápidos. No se podrá tener empresarios que el país requiere mientras el Presidente siga promoviendo la lucha de clases, siga satanizando al sector empresarial y vea a los negocios como un mal tanto en espíritu como en propósito.
Mientras la clase política y la sociedad no entiendan que la tarea empresarial es titánica y los empresarios son los verdaderos héroes de la vida económica, México no dará la bienvenida a la inversión empresarial que además representa el 87 por ciento del total de inversión y es la principal generadora de empleo formal en el país.
El presidente López deberá cambiar su discurso, deberá dejar de promover la lucha de clases si no México perderá su oportunidad y la población, en lugar de empleos, lo que tendrá será un país con menos oportunidades y lleno de lo que el presidente escupe reiteradamente, rencor social.
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