La marometa de AMLO: y a los tres días resucitó
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Y no, el Presidente no estaba tan grave, ahora hasta dudo que estaba enfermo. Sí, sí cancelaron la CELAC y otro montón de eventos. Pero al parecer, resucitó, dirían.
Tengo que confesar que yo también creía que se iba a morir. De verdad, todo apuntaba que de lo que estaríamos hablando es de qué pasa cuando un presidente se muere a casi un año de la próxima elección. Les contaré qué pasa para que no se queden con la duda: el secretario de Gobernación, Adán Agusto, en este caso, se queda en el puesto por 90 días, y después (probablemente él mismo) se cabildea en el Congreso (Senado y Diputados) el Presidente interino, hasta que haya elecciones en el verano del 2024.
Mientras todas y todos hablábamos de eso, se nos olvidaron los viajes lujosos familiares del secretario de Defensa. Se nos olvidó que linchamos a Peña Nieto y “La Gaviota” por mucho menos que eso, y se nos olvidó también que le quitaron facultades al Tribunal Electoral, justo a tiempo para irnos preparando para la elección.
Y ahora sí, que no se nos olvide que también se nos olvidó que el INAI lleva casi un mes sin sesionar, y el grupo parlamentario de Morena en el Senado rompió el acuerdo para que al menos se nombrara a algún comisionado/a y pudiera sesionar. En lugar de eso, Morena subió una iniciativa para desaparecerlo.
Si bien es cierto, el INAI es perfectible, desaparecerlo no solucionará nada. Las instituciones deben ser de las y los ciudadanos, no deberían tener nada que ver con el gobierno en turno. La transparencia y la rendición de cuentas son los pilares de cualquier democracia moderna. No podemos pensar en tener democracias participativas sin gobiernos que rindan cuentas.
Lo que sí es cierto, que AMLO lo hizo de nuevo. Nos sigue demostrando, una y otra vez, que es el dueño de la agenda y los temas los pone él. Eso es muy complicado, por decirlo lo menos peor, en una democracia.
Por esa razón, sigue siendo de vital importancia cuidar y proteger las instituciones y el Congreso, puesto que estos son los únicos actores capaces de poner límites al poder presidencial. Pongamos esto en perspectiva de lo que haremos este próximo junio en Coahuila, cuando salgamos a las urnas y votemos por gobernador y diputados locales, pensemos en la importancia que tiene el Congreso. Las democracias delegativas que hoy tenemos, tienen su corazón en el Poder Legislativo. Nos toca hacer nuestra chamba de Ciudadanos de Tiempo Completo.