La violencia sexual como arma de guerra ¿qué está pasando en Ucrania?

En los últimos meses, organizaciones internacionales y nacionales no gubernamentales e incluso las Naciones Unidas han hecho un llamado para prevenir y detener casos de violencia sexual y, en general, casos de violencia de género, en el marco del conflicto (o agresión) armado entre Rusia y Ucrania.
Hrystyna Kit, cofundadora de JurFem, la Asociación de Mujeres Abogadas de Ucrania, señala que el riesgo de las mujeres y niñas es cada vez mayor frente a casos de violación, generalmente en grupo, tortura sexual y otras formas de abusos. También asegura que la escala de este tipo de crímenes todavía es desconocida y va en aumento, sobre todo en zonas bajo control de las tropas rusas.
Para hacer frente a este tipo de flagelo, en contextos de conflicto armado y atrocidades a gran escala, se requiere entender cómo se utiliza la violencia sexual como una estrategia o práctica bajo la lógica de la dominación bélica, en donde, como señala Daniela Díaz-Villamil: “los guiones de exclusión y violencia patriarcal son un recurso para cumplir con los planes de la organización criminal”.
Si bien es falso decir que la violación sexual inexcusablemente estará presente en todo tipo de guerra, es importante reconocer que es muy alta la probabilidad de que ocurra, con una intensidad que puede alcanzar grados de crueldad sexual, más aún cuando los enfrentamientos se mezclan con fines de limpiezas éticas o políticas.
Autoras como Elizabeth Wood proponen, además de estudiar el contexto concreto, establecer patrones, reportorios, objetivos y frecuencias con el fin de determinar “el subconjunto de formas posibles de regularidad de violencia implementadas por la organización”. Elementos como dinámicas sociales, obediencia dentro de las filas y organización jerárquica interna podrán determinar si la violación sexual es un estrategia de guerra (de toda la organización o de un subgrupo), si se trata de una práctica no ordenada pero permitida, o si son casos oportunistas de algunos combatientes.
Esta clasificación es bastante relevante, no sólo en términos teóricos. Determinar que se trata de violaciones como estrategia o práctica de guerra, permitirá imputar responsabilidad a comandantes, por supuesto, si se cumple con el elemento de mando efectivo. Para prevenir y detener este tipo de crímenes también es útil; me explico, si se tiene claro el repertorio de la organización armada también se podrá ejercer mayor presión frente a los comandantes, para que se elimine este tipo de violencia de género bien sea contra combatientes y/o civiles.
Para establecer estos componentes en el caso de Rusia y Ucrania se necesita investigar a fondo. ¿Qué tipo de patrones de violencia sexual se están manifestando en Ucrania? ¿Se estará presentando como estrategia de guerra o casos oportunistas de unos pocos? ¿Se estará presentando como forma de limpieza étnica o política? ¿Cómo forma de persecución contra la población? Se trata de preguntas incómodas que deberán hacerse y responderse muy pronto.
La autora es investigadora del Centro de Estudios Constitucionales Comparados de la Academia Interamericana de Derechos Humanos
Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH