Las protestas y marchas en el mundo, poner el cuerpo para cambiar la narrativa

Estamos experimentando una transformación social y política, no podemos quedarnos de brazos cruzados. He estado un tiempo fuera de México, he sido testigo, y también he formado parte de algunas marchas en Barcelona, Köln, Londres y Wrexham.

Caminar con otras personas, para exigir justicia para otros, es un acto que todo ser humano debería experimentar al menos una vez en su vida. Definitivamente no puedo dejar de decir que sí da miedo ver a la policía, los guardias nacionales, con sus cascos, armas, caretas y garrotes.

El motivo del viaje fuera de México ha sido una serie de residencias de creación coreográfica y aprendizaje sobre gobernanza cultural. En la parte creativa, se encuentra en progreso la pieza de Cartografías de un Cuerpo Migrante, en co-creación con el artista Kenji Kishi Leopo.

El trabajo y las conversaciones con Kenji, han sido fundamentales para dirigir el proyecto a un lenguaje que busca ser honesto con el cuerpo migrante, lejos de una estética técnica, y más enfocada a conectar con la realidad que atraviesa al cuerpo.

Al retomar el tema de las marchas y protestas, y el proceso de creación de la pieza, puedo decir que el hallazgo más revelador del proceso, es regresar a la idea que otros ya han encontrado antes: no hay nada más revolucionario que poner el cuerpo. Me di cuenta de esto al estar en medio de la protesta pro-palestina en Barcelona.

La reunión fue en la plaza Universitat, de ahí partimos hacia las ramblas. En realidad, yo no conocía a nadie, simplemente llegué y me uní. La gente, los turistas, los habitantes en los grandes edificios nos observaban, grababan con celulares la escena. Al frente se turnaba el altavoz para corear: Free, free Palestine!!!

Llegado el momento la policía o guardias, honestamente no sé que eran, no nos permitieron continuar el paso hacia la Rambla, incrementaron el número de seguridad, se pusieron los cascos, los chalecos y los escudos. La sensación de peligro físico se hizo presente, así como la decisión de no abandonar la causa y mantener el cuerpo presente para afrontar lo que pudiera pasar. Afortunadamente, la marcha continuó en otra dirección, con un saldo en blanco.

En Köln, Alemania, nos tocó presenciar (a Kenji y a mi) una marcha pacífica. Eran en realidad muy pocos civiles, pero la policía alemana era una cantidad escandalosa a comparación de los protestantes, era absurdo, intimidante, los tenían compactados contra un edificio.

Finalmente, el día de ayer, estuve presente en una marcha en Wrexham, esa ciudad de la serie de fútbol del equipo que compró Ryan Reynolds. La marcha era una réplica de lo que ocurrió en Londres, una marcha antiinmigrante, nacionalista. Volvimos a poner el cuerpo, estaba frente a una línea de policías, que hacían de valla humana, para contener a los protestantes nacionalistas, fascistas y anti inmigrantes. En algún punto se avecinaron violentamente, con gritos, y un lenguaje violento.

Mantenerse de pie, observando, escuchando, poniendo resistencia al pensamiento que te dice: ¡estás en peligro!, no es fácil, pero es el posicionamiento y el deseo de coherencia, entre mis ideales, quehacer artístico y creencias sociopolíticas. Compartir un reel en IG, o un post de FB, no es suficiente. Necesitamos acciones concretas.

Este es el inicio de una serie de textos, que están entrelazados, entre la política, la creación artística, y la actualidad que vivimos como sociedad, porque narrar y crear nuevas posibilidades, depende de nosotros, la historia, se escribe cada día, y la brecha de injusticia, no se cierra sola.

La invitación hoy, es a informarnos, pero también a organizarnos como comunidad, para crear una nueva realidad.