Los asuntos pendientes de política monetaria y otras cosas

Opinión
/ 10 octubre 2024

Hablar del “inicio del sexenio” ya no es apropiado porque la nueva administración tiene 10 días ejerciendo el poder sin cambios con respecto al sexenio pasado, ni con anuncios relevantes respecto a lo actual. Todo indica que se harán las cosas, en lo económico, como se han venido haciendo en los anteriores 5 años y 10 meses. En consecuencia, se pueden hacer proyecciones con poco margen de error, porque apoyados en la hipótesis de que todo continua igual y utilizando los datos disponibles, se pueden sacar conclusiones con gran probabilidad de éxito. Además, de esto se trata esta columna.

El tema monetario es de gran importancia para el sistema económico en su conjunto. Los aspectos centrales del dinero, en pocas palabras, determinan el potencial de éxito de los gobiernos porque poniendo dinero en la mano de las personas se pueden ganar votos y crear condiciones de bienestar. Sin embargo, el dinero no se genera espontáneamente, se deriva de un sistema de producción, comercio o servicios, que genera utilidades, inversión, impuestos, y más. Es innegable que el dinero cuesta y el primer referente de ese costo es el Banco de México (Banxico), quien define la tasa de referencia a 24 horas y es el Banco de la Nación, el encargado de “cuidar” que no falte el dinero para que las operaciones de todos los mercados se lleven a cabo. Esta tasa no es una tasa al público, es una tasa a nivel de intercambio para los bancos comerciales. Los bancos comerciales viven de prestar dinero o cobrar comisiones y cuando se les acaba su propio dinero pueden pedir prestado al Banco de México y “represtarlo” al público y la tasa de referencia es el costo al que reciben ese préstamo. ¿Qué esperar en cuanto al costo del dinero n el futuro?

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Si se revisan los precriterios generales de política económica 2024-2025, que incluyen los últimos 6 meses de proyecciones de este año y el siguiente, previo a la presentación del paquete económico para el siguiente año en noviembre 25, se puede ver que la expectativa gubernamental federal es que Banxico termine el año con una tasa de referencia de 9.5%, situación que es prácticamente imposible. En este momento, la tasa se encuentra en 10.5% y quedan dos reuniones del comité de política económica, que son los encargados de decidir. Esto sugiere que en el mejor de los casos la tasa podría quedar en 10% ya que en las últimas 15 reuniones los movimientos se hacen en 25 puntos base, no más. No hay una razón definida, aunque durante la pandemia sí se hicieron movimientos de otros múltiplos.

Este asunto es importante porque determinará el costo del dinero para el siguiente sexenio pues no es lo mismo para el Gobierno Federal que los cetes paguen 11.5% que 10% o menos porque eso implica menos dinero gastado en intereses y mayor cantidad disponible para los diferentes gastos, desde programas sociales hasta la nueva infraestructura que tiene forzosamente que construirse. Además, si el Banco de México mantiene una política de reducción de su tasa de referencia mandará al mercado una señal de que hay que invertir más en el sector productivo y menos en el financiero, lo que le da impulso a las empresas y a la creación de empleo. Sin embargo, también se puede interpretar como que la demanda agregada (la demanda de todos los agentes económicos de la economía nacional, como todas las familias, todas las empresas, todos los gobiernos a todos los niveles) está debilitándose, y en consecuencia se tiene que reducir un poco el costo del dinero para que vaya más dinero a la producción, los empleos y en consecuencia a los salarios.

A pesar de todo lo anterior, el problema es que si Banco de México reduce la tasa en exceso, y la demanda empieza a subir más rápido que la producción, se tendrá nuevamente un problema de inflación. Por eso es tan importante que el manejo monetario sea exacto para evitar desequilibrios y que, tanto el sistema productivo como el financiero, tengan dinero en las cantidades adecuadas. Lo que sucede es que este asunto no es tan fácil de calcular como parece y aquí vienen otros factores que intervienen de manera importante.

Para comenzar, la llegada de dinero de fuentes externas es también una condicionante para el manejo monetario. Los flujos de inversión extrajera, tanto directa como en cartera, afectan las condiciones de equilibrio monetario y el crecimiento económico. Esto no lo puede controlar el Banco de México. Los estados fronterizos con su mejor calidad de vida, derivada de sueldos más altos (pagados con diferenciales de tipo de cambio) que son pagados por las empresas internacionales, dan oportunidades de mayor consumo y mayor aceleración económica. El resto del país tiene en consecuencia menos empleo y salarios más bajos. En el aspecto financiero, en el segundo trimestre de 2024, salieron un total de 8 mil, 233 millones de dólares del país. Además, en los últimos 21 trimestres, en 16 se han registrado salida de capitales, de acuerdo con el Banco de México. Si la tasa de referencia sigue bajando, seguirá saliendo dinero pues no alcanzará el interés pagado para compensar las preferencias de los ahorradores internacionales. También las transferencias de dinero que realizan los paisanos son importantes porque van principalmente a la gente más pobre del país y generan divisas para México. Sin embargo, la parte negativa es que mandamos a Estados Unidos gente que podría contribuir mucho aquí mismo. El crimen organizado se ha vuelto un factor económico que es necesario mencionar, ya que las actividades ilegales generan cantidades importantes de dinero por medio de la venta de estupefacientes, la trata de personas, la venta de productos pirata y hasta la importación ilegal de mercancías.

Todo esto, además del daño social, genera daños patrimoniales al país, desde la necesidad de un gasto mayor en policías en municipios y estados hasta en las empresas que también tienen que invertir en seguridad para cuidar sus activos. La organización de análisis económico Signos Vitales, presidida por Enrique Cárdenas, señala que el valor del dinero de dudosa procedencia en la economía mexicana es cercano al 14.1% del Producto Interno Bruto o 4.5 billones de pesos corrientes, una cantidad inmensa que genera desequilibrios y sobre la cual no se puede hacer nada.Como puede verse, la doctora Sheinbaum y su equipo tendrán que emplearse a fondo para regresar a la economía mexicana a un nivel en el que los agentes económicos puedan operar con utilidades, desde luego, pensando en el factor monetario. Es necesario que el gobierno federal consiga el dinero necesario para cubrir todo lo que el país necesita en este momento. Si lo pide prestado al exterior, que sea a la tasa más baja posible, si es por el manejo financiero del Banco de México y su excelente política monetaria, que sea también a la tasa más baja posible para que no se detengan inversiones, ya que hacen mucha falta para el magro crecimiento económico que hoy se da en estas tierras. El dinero es la base de la economía.

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