Louisa May Alcott y lo femenino

Opinión
/ 21 septiembre 2022

    Louisa May Alcott logró un éxito rotundo con su novela “Mujercitas” (Little women), publicada en 1868. Nunca imaginó que el libro inspirado en sus anécdotas familiares se convertiría en su trabajo más aclamado. El relato posee un encanto difícil de olvidar por su naturalidad e inteligencia. La autora continuó la historia con otros títulos como “Aquellas mujercitas” (Good Wives) y “Hombrecitos” (Lilttle men). Elizabeth Silverthorne, en “Who wrote that? Louisa May Alcott” define la saga en ocho títulos donde aparecen, además, “An Old-Fashioned Girl”, “Under the Lilacs”, “Jack and Jill”, “Jo’s Boys”, “Eight Cousins”, traducida al español como “Ocho primos” y su secuela “Rose in Bloom”, conocida como “Rosa en Flor”. Esta semana, luego de una prolongada racha de lecturas de trabajo, leí esta última novela para tomar un poco de aire. Fue un acierto total.

    Louisa May Alcott coloca una advertencia al inicio del libro. Nos dice que no hay moraleja en él, que lo escribió para divertirse y al mismo tiempo cumplir una promesa. También aclara que Rosa, la protagonista, no fue creada para ser una muchacha modelo, pero tal vez su historia pueda ayudar a otras “rosas” que se preparan para florecer. La novela se lee cómodamente sin la necesidad de acudir al título anterior (“Ocho primos”). Es ágil y entrañable, al completo estilo de Alcott. La trama inicia cuando Rosa Campbell regresa a casa con sus primos luego de una estancia de varios años en el extranjero. Ahora es una joven elegante y madura, heredera de la gran fortuna de sus padres. La presencia de Rosa causa conmoción entre la sociedad y se especula sobre quién será el afortunado que ella elija para su matrimonio. El favorito de la familia es Carlos, “El príncipe”, por su noble cuna. Mientras todos opinan sobre lo que Rosa debe o no debe hacer, resulta que la joven tiene otros planes.

    Me parece que el libro expone, casi de inmediato, una situación que muchas mujeres vivieron en aquella época (y aún suceda en la nuestra): el cumplir con el deber ser. Rosa no está interesada en casarse, sino en dedicarse a la filantropía. Su decisión sorprendió a sus parientes y su tío le pide que primero asista a fiestas y conozca el mundo, para que sepa si es en verdad lo que quiere. Su primo Carlos dice: “Pero tía, ya sabes cuáles son siempre los planes de las chicas bonitas: se presentan en sociedad, rompen media docena de corazones y se casan después con el más afortunado”. Rosa responde: “Quizá ese sea el plan de la inmensa mayoría de las muchachas. Pero yo tengo mi propio criterio sobre las cosas”. La familia actúa como si la joven no fuera capaz de tener convicciones y los pretendientes solo la buscan por el interés de su estatus. Pese a los intentos, ruegos y hasta chantajes de Carlos, Rosa nunca lo acepta. Tiempo después se fija en Marcos, un hombre sensible que escucha sus consejos.

    La novela también presenta la historia de Phebe, mejor amiga de Rosa. Está enamorada de Arturo, uno de los Campbell. Él le corresponde, pero no pueden casarse porque ella no es de familia de alcurnia. Phebe decide irse para trabajar como cantante y hacerse de una carrera. Arturo era alguien respetable solo por su nombre, no tuvo que ganarse su prestigio. Phebe, en cambio, debía luchar para demostrarse a sí misma su virtud y su valor. De nueva cuenta, Alcott perfila mujeres con determinación, dignidad y fortaleza, como lo hace en sus libros casi desde el inicio de su carrera. Pone sobre la mesa lo absurdo de los prejuicios y cómo éstos destruyen la vida de las personas. Rosa, aunque se enamora, no renuncia a su sueño de dedicarse a la filantropía y Marcos, su prometido, la apoya en el proyecto. Alcott explora lo femenino desde una mirada abierta y positiva, en la que no se abandonan los sueños por amor. “Florecer” no es sinónimo de cumplir las expectativas de los demás, sino defender la esencia personal y el derecho a elegir un rumbo.

    Periodista cultural y poeta. Cursó la licenciatura en Letras Españolas y la maestría en Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Coahuila. Colaboró como periodista cultural en los diarios Vanguardia y Zócalo Saltillo. En 2016 publicó el libro de poesía Plegaria de la Aurora, editado por el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo. Ha sido incluida en las antologías Cartografía a dos voces y Mínima, de poesía y microficción respectivamente. Ha publicado, también, en revistas culturales como Letras Explícitas, Gazeta de Saltillo, La Casa de Viena, Siempre!, entre otras. Colabora en la revista El Grito y en el programa “Invítame a leer”, transmitido por Radio Universidad. Entre sus reconocimientos se encuentra el Premio de Periodismo Cultural “Armando Fuentes Aguirre”, que obtuvo en tres ocasiones.

    #endif

    COMENTARIOS

    NUESTRO CONTENIDO PREMIUM