Maestro silencioso

Opinión
/ 10 octubre 2023

Otoño aparece como un lienzo pintado con los tonos más cálidos y nostálgicos que la naturaleza puede ofrecer. Es un periodo en el que la belleza se revela en la transición, cuando el verde vibrante de las hojas de verano se transforma en una paleta de ocres, rojos y dorados. Cada hoja parece una llama apagándose lentamente, pero dejando tras de sí un rastro de esplendor.

Parte de la belleza del otoño reside en la melancolía tranquila que se cierne en el aire. Las mañanas frías se entrelazan con la suave luz dorada, creando una atmósfera única que invita a la reflexión. El crujido de las hojas bajo los pies añade una banda sonora a este espectáculo visual, recordándonos que el ciclo de la vida continúa su curso, pero no sin antes mostrarnos su magnificencia efímera, tal como también lo es la vida misma.

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Observamos a los árboles, antes exuberantes, que se despojan de sus vestiduras verdes, revelando su estructura desnuda y pura. Cada rama parece una obra de arte esculpida por el viento y el tiempo.

El contraste entre el cielo grisáceo y las hojas caídas en el suelo crea un escenario donde la belleza y la melancolía bailan juntas, formando un poema visual que captura el corazón y nuestras reflexiones.

El ambiente fresco invita a abrigarse con capas de suéteres y bufandas, y el petricor -el aroma de la lluvia sobre la tierra mojada– que se mezcla con la alegría de sentir que cae agua del cielo después de un largo período de clima seco y caliente, contribuye a que la lluvia nos huela tan bien.

En el otoño, la belleza no se desvanece; más bien, se transforma en una forma diferente de admiración. Es una temporada que nos recuerda la fugacidad de la vida y la importancia de apreciar la belleza efímera que cotidianamente se presenta ante nosotros. En cada hoja que cae, en cada paisaje que se tiñe de tonos ocres, encontramos una lección de humildad y gratitud por la maravilla que es el ciclo eterno de la naturaleza.

RENOVACIÓN

Otoño es tiempo de renovación para la sabia naturaleza. Los días más cortos y las noches más largas. El otoño no es la estación de la melancolía; es, más bien, la época para anunciar la gratitud por la vida, por lo vivido y cosechado. Estación en la cual la luna, amiga eterna de la noche, toca la tierra. Estación vestida de hermosos y fugaces atardeceres que se antojan eternos.

La naturaleza se prepara, las hojas se ponen amarillas para luego ceder al eterno ciclo de lo nuevo. Tiempo para descansar la tierra y también el espíritu.

Otoño invita a sosegarnos, despertar y cambiar para bien; como los árboles nos desprendernos de lo viejo, para soltar y dejar ir lo superfluo, para ordenar, para apreciar lo que se tiene y lo que no se tiene, para meditar. Otoño para concientizarnos de lo que somos, para comprender dónde estamos, para reforzar los valores, para analizar lo que estamos haciendo y, así, transformarnos en mejores seres humanos.

Es tiempo para reconectar con la calidez interior y disfrutar de la serenidad que trae consigo la transición a la hibernación.

Hoy, como homenaje a la magnificencia de esta estación del año, comparto los siguientes escritos que, sin duda, estimulan a la reflexión:

CRISIS

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.

“La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

“La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.

“El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

“Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”. Albert Einstein.

OPTIMISMO

“Algunas personas miran al mundo y dicen: ‘¿Por qué?’. Otras miran al mundo y dicen: ‘¿Por qué no?’”. George Bernard Shaw.

“Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra”. Helen Keller.

“No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo”. Benjamín Franklin.

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“Un optimista piensa que éste es el mejor de todos los mundos posibles. El pesimista tiene miedo de que eso sea cierto”. Ralph Waldo Emerson.

“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Winston Churchill.

SOBRE LO DIFÍCIL

“Partiendo de donde aún es fácil, realiza lo grande partiendo de donde aún es pequeño. Todo lo difícil comienza siempre fácil, todo lo grande comienza siempre pequeño. Por eso el sabio nunca hace nada grande y realiza lo grande, sin embargo, el árbol de ancho tronco está ya en el pequeño brote, un gran edificio se basa en una capa de tierra. El viaje hacia lo eterno comienza ante tus pies”. Lao Tse.

“Cuanto más difícil la lucha, tanto más glorioso el triunfo. No tenemos en gran estima las cosas que llegan por la vía fácil; solamente lo que nos es muy caro cobra valor. Amo al hombre capaz de sonreír en la adversidad, de sacar fuerzas de flaqueza y de volverse valeroso gracias a la reflexión. Es propio de los espíritus pequeños el amilanarse; sin embargo, quienes están dotados de un corazón firme y cuya conciencia aprueba su conducta, son fieles a sus principios hasta la muerte”. Thomas Paine.

SOBRE LO QUE PENSAMOS

“Todo cuanto somos proviene de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo. Habla y actúa con una mente impura y tendrás problemas, Como la rueda que va detrás del buey que tira del carro. Somos lo que pensamos. Todo cuanto somos proviene de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo. Habla y actúa con una mente pura y la felicidad te acompañará como tu sombra, constantemente”. Dhammapada.

TIEMPO

“Si hubiera un banco que acreditara en su cuenta 86 mil 400 cada mañana, que no transfiriera el saldo disponible de un día al día siguiente, y no le permitiera conservar efectivo; y al final del día cancelara la parte de esa cantidad que usted no hubiera usado. ¿Qué haría? Por supuesto, sacar día a día hasta el último centavo y aprovechar todo el dinero. Pues bien, tal banco existe: Se llama tiempo. Cada día le acredita 86 mil 400 segundos, y cada noche da por, definitivamente, perdidos cuantos haya dejado de emplear provechosamente. Nunca transfiere los saldos, ni permite que usted se sobregire. Cuando no usa lo disponible ese día, el único que pierde es usted. No existe recuperación de fondos. Tampoco es posible girar cheques sobre el mañana. De cada persona depende invertir este precioso caudal de horas, minutos y segundos para obtener los máximos dividendos en cuanto a salud, felicidad y éxito”. Anónimo.

COSAS BUENAS

“Las cosas de este mundo son tanto más buenas cuanto más sencillas. Nos pierde la obsesión por aparentar que somos importantes, y retorcemos todo creyendo que con ello destacamos. Es lo contrario, lo mediocre son los perifollos; lo estéril, es lo enrevesado. Las personas son tanto menos felices cuanto más ponen la felicidad en cosas difíciles. En cambio, lo sencillo, al ver las cosas como son, el disfrutar de lo pequeño, el preferir ser amable al ser ilustre, el querer a los demás sin preguntarse mucho si lo merecen o no, todo eso es lo que va llenando nuestra alma de alegría”. J.L. Martín D.

Otoño se alza como un maestro silencioso que nos invita a abrazar los cambios, a soltar lo que ya no nos sirve, a reflexionar sobre nuestro propio crecimiento y a renovarnos de manera constante, encontrando belleza en cada etapa del viaje. En esencia es un recordatorio de que, al igual que la naturaleza, estamos siempre en un proceso constante de cambio, transformación y renovación.

cgutierrez@tec.mx

Programa Emprendedor

Tec de Monterrey

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