Manolo Jiménez Salinas: el arranque de un nuevo gobierno

Hoy inicia en Coahuila un nuevo período gubernamental. Lo encabeza Manolo Salinas Jiménez, un político joven que arriba al cargo con una gran legitimidad producto de la votación más alta con la cual ha triunfado un aspirante al cargo.

Varias son las características que, más allá de las cifras electorales, deben destacarse de la administración que hoy inicia:

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La primera de ellas tiene que ver con el hecho de que esta será la primera administración que operará bajo el esquema de “gobierno de coalición”. Esto implica que la alianza partidista integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, conformada originalmente para competir electoralmente, ahora se extenderá al Gobierno.

Se trata de un modelo inédito que promete a la ciudadanía la interacción de más de una fuerza política para hacer gobierno. En términos ideales, eso implicará la construcción de contrapesos internos que empujen a la administración a la adopción de las mejores prácticas gubernamentales.

Una característica adicional es la derivada de los perfiles que, aún sin estar confirmados, se han ventilado como probables integrantes del gabinete estatal. La mezcla de experiencia y juventud que plantean los nombres que han sido adelantado dan para considerar a este un gabinete distinto.

En particular, llama la atención que se han mencionado nombres de personas cuyos perfiles no corresponden a los “clásicos políticos” que, sin importar el color del gobierno, aparecen en carteras de todo tipo. Lejos de esta costumbre, algunos de los perfiles comentados corresponden a personas que muestran un empaque poco frecuente para el desempeño de las tareas en las cuales se les visualiza.

Una tercera característica es la relativa al ofrecimiento, que el propio Jiménez Salinas ha reiterado en múltiples ocasiones, de convertir al suyo en el gobierno más ciudadano de la historia de Coahuila.

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Esta característica, en particular, constituye un elemento que, de llevarse a la práctica, podría representar un auténtico parteaguas en la forma de ejercer el poder en Coahuila.

Como en cada renovación del poder público en democracia, estamos pues ante la promesa de un nuevo gobierno que, en el discurso de campaña y en los compromisos establecidos en el período posterior a la contienda, ha planteado una hoja de ruta que resulta atractiva para la ciudadanía.

En todo aquello que implica fortalecer el ejercicio de los derechos individuales, los ciudadanos haremos bien en alinear al lado de la nueva administración, porque eso es justamente lo que todos esperamos de quienes tienen a su cargo la conducción de los asuntos públicos.

Por lo demás, también debemos disponernos a ejercer la función de contrapeso, a fin de que las buenas intenciones, con las cuales todo gobierno inicia, no se diluyan en el camino y, al final del periplo, todos podamos felicitarnos por haber construido juntos una mejor comunidad.