¿Mayorías artificiales?: La importancia de los legisladores plurinominales
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Quitarlos implicaría favorecer aún más de forma artificial la mayoría de Morena. Eso es lo que hay detrás de la iniciativa, una jugada para concentrar más poder
Desde hace unos años se ha puesto a debate la posible desaparición de los legisladores plurinominales en la Cámara de Diputados y el Senado, así como en los Congresos Locales. El cual se ha intensificado gracias a la insistencia en el tema de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha propuesto su eliminación siguiendo la lógica de López Obrador, de que ya no son necesarios para darle espacio a todos los partidos y que, al prescindir de ellos, habría un ahorro importante de recursos.
Entiendo la mala fama de los legisladores plurinominales, ya que en las listas de los partidos se suele incluir a políticos con un negro historial, por los cuales nadie vota de forma directa, siendo esta la vía que han usado los partidos para llevar a las cámaras a compromisos que no siempre van alineados con el deseo de la ciudadanía.
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Sin embargo, hay otra faceta que tienen los legisladores plurinominales que es la de garantizar, en la medida de lo posible, la pluralidad y evitar que se den supermayorías artificiales.
Por ejemplo, Morena y sus aliados recibieron el 54.7 por ciento del voto popular para la Cámara de Diputados, pero cuentan con el 72.8 por ciento de los escaños de la misma, es decir, 18 puntos porcentuales más de los que deberían tener en un sistema perfecto de representación, pero si no hubieran existido los legisladores pluris y sólo se contara con 300 diputados de mayoría, Morena y sus aliados habrían obtenido el 85.3 por ciento de los diputados, es decir, 30 puntos porcentuales de sobrerrepresentación. En cambio, la oposición con el 41.4 por ciento de los votos sólo tiene el 27 por ciento de los escaños, pero si quitamos los pluris, apenas tendrían el 14.6 por ciento de los diputados, es decir, una subrepresentación de 26.8 por ciento.
Por tanto, los plurinominales ayudan a suavizar el efecto de sobrerrepresentación inherente a nuestro sistema electoral, permitiendo que las diferentes fuerzas políticas que recibieron votos de los ciudadanos estén representadas, por lo que quitarlos implicaría favorecer aún más de forma artificial la mayoría del partido más votado, en este caso Morena. Eso es lo que hay detrás de la iniciativa, una jugada para concentrar aún más el poder.
Si lo que se busca es evitar que personas indeseables accedan a las cámaras a través de las listas de legisladores plurinominales, se podría optar por un sistema de listas abiertas, en donde los ciudadanos puedan vetar de las listas de los partidos a las personas que no les agradan y si estos reciben algún porcentaje de vetos ya no puedan ser tomados en cuenta. Otra opción sería un esquema en el que el ciudadano ordene los que más sean de su agrado de las listas de los partidos, pero para ello se requiere mucho conocimiento de los perfiles, por lo que el primer modelo es más factible.
El punto es que se pueden buscar mejores soluciones que eliminar a los pluris y propiciar que haya menos pluralidad y que se concentre aún más el poder en el partido gobernante de forma artificial, que es la intención de la reforma.
victorsanval@gmail.com