México en el contexto internacional

Opinión
/ 27 septiembre 2024

No hay duda de que si algo no ha hecho esta administración federal es integrarse al mundo, a la globalización, ya no digo desde un rol de liderazgo, sino desde un papel protagónico que ayude al país a atraer más inversión o a generar relaciones comerciales y políticas armónicas. Todo lo contrario, se han tenido conflictos con Estados Unidos, Argentina, Chile, Ecuador, y recientemente hay problemas en las relaciones de la presidenta electa con España a un nivel que va más allá de la palabrería. No se invitó al Rey de España, porque “no fue elegido por una democracia y una parte de la población no lo quiere” dice la doctora Sheinbaum. Vaya argumento, pues bajo el mismo, la mitad de los gobernantes del mundo no deberían participar en nada y eso es lo peligroso para el nuevo gobierno nacional. Empezar con malas relaciones y problemas que tendrán consecuencias económicas en algún momento no ayudarán a la gobernante a crear un ambiente propicio para el desarrollo. No hay que olvidar que España, después de Estados Unidos, es el país que tiene mayor inversión directa aquí en México.

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La “no intervención y el respeto al derecho ajeno” ha sido una de las premisas básicas para que el actual gobierno no participe en foros mundiales para promocionar destinos turísticos nacionales, atraer inversión productiva, fomentar la inversión en proyectos sustentables y de protección del ambiente, porque tenemos zonas naturales inigualables en el mundo. México no tiene hoy un protagonismo como el que ha tomado Brasil o Chile en América Latina. A ellos les ha servido, no solo para propósitos económicos sino también para mejorar sus relaciones políticas a tal grado que se han convertido hasta en mediadores de conflictos internacionales (como en el caso de Venezuela), lo que les ha dado voz y voto en asuntos internacionales para conseguir asientos en el consejo de seguridad de la ONU, roles especiales en círculos de discusión en Europa para ser tomados en cuenta como “invitados especiales”, y así una serie de beneficios políticos que brindan más posibilidades de crecimiento y desarrollo económico para sus gobernados. Algunos países hasta les han eliminado la necesidad de una visa a los ciudadanos de estos dos países. En cambio, a México, cuatro países más nos han obligado ahora a tener una visa cuando en administraciones anteriores esto nos sucedía.

Desde la perspectiva de una economía que se ha sostenido por las exportaciones fuertes de la industria automotriz y de la electrónica, lo presentado anteriormente no contribuye a diseñar una estrategia para mantener en ambas industrias un liderazgo de largo plazo. Por ejemplo, de acuerdo con los últimos datos de la balanza comercial, a julio de este 2024, muestran un déficit general de 72 millones de dólares, que es prácticamente una balanza en equilibrio, si se compara con el mismo mes del año pasado donde el déficit alcanzó los 645 millones de dólares para el mismo mes. Somos el país número uno del mundo con el mayor número de tratados internacionales y tenemos una balanza comercial pobre en comparación con países con menos convenios comerciales. La industria automotriz se ha vuelto punta de lanza de las exportaciones mexicanas, y poco se ha hecho a nivel federal por impulsarla. Al contrario, cuando Tesla anunció que venía a Nuevo León hasta el presidente intervino para que se fuera al centro del país, lo que fuera de ayudar, entorpeció el proceso. Al final la empresa no se vino a México, y al parecer ni vendrá.

De manera acumulada en lo que va en los primeros 7 meses del año, en este mismo rubro (comercio internacional), hay un déficit de 5 mil 570 millones de dólares, una cantidad que ya empieza a incidir en el acumulado comercial del país. Este desequilibrio puede entenderse parcialmente por un tipo de cambio de 16.60 pesos por dólar en promedio en los primeros 5 meses del año en curso, lo que propició que las importaciones aumentaran de manera considerable, pues abarataron los productos del exterior en contra de la producción nacional, generando de esta forma el déficit. Sin embargo, ahora que el tipo de cambio está por arriba de 19.5 pesos por dólar y que en consecuencia las exportaciones mexicanas tendrían mayor rentabilidad, sucede que el consumo de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, se reduce, y en consecuencia, no ganamos más y literalmente nos quedamos donde mismo. Por ello, es necesario que la parte política promocione más a México en el exterior. Más del 80% de lo que exportamos se queda en Estados Unidos, y el 93% del total que va al resto del mundo se completa con Canadá y Europa. Menos de 10 países concentran el 95% de lo exportado. ¿Falta de promoción en el exterior? ¿falta de una política exterior más participativa?.

Durante este sexenio se pensó que el petróleo podría ser un producto que le diera a México recursos presupuestarios y hasta se invirtió en una refinería (Dos Bocas), suponiendo que, a través de la sustitución de la compra de gasolinas, también podría darse un ahorro. Es más, no hay que olvidar que se compró en Estados Unidos la refinería de Deer Park, allí en el área metropolitana de Houston, Texas. Además, se volvió un asunto de política internacional porque se debió negociar con el gobierno de Estados Unidos para permitir la compra de la empresa a inversionistas privados. La refinería este 2024 solicitó un préstamo por 230 millones de dólares. En 2022 se compró la refinería por 594 millones de dólares y en ese mismo año obtuvo ganancias por 954 millones de dólares. Esto es, hubo una ganancia neta de 350 millones de dólares en 2022. Si bien ha habido ganancias, estás van a la baja porque en el primer semestre del año de 2024 van solo 180 millones en utilidades, pero ya con deuda, lo que claramente reducirá la productividad del capital. Sin embargo, esta fue una estrategia de negociación internacional con excelentes resultados que debió copiarse para otros sectores productivos para hacer crecer la economía ya que hubo ganancias (aunque sea pocas, pero las hubo), cosa que no pasó.

En el aspecto migratorio no se ha hecho un trabajo de negociación política internacional adecuada. El país se ha convertido en “retén” migratorio para los Estados Unidos. Mientras que a México se le quedan los problemas migratorios, el vecino del norte disfruta de una policía gratuita de contención y filtro de migrantes. Este asunto es muy complicado porque genera debate también a nivel nacional porque el paso por territorio nacional de centroamericanos, y de algunos otros ciudadanos de países de todo el orbe, genera desde problemas de seguridad hasta de higiene y salud. En la ciudad de México los centros de descanso de los migrantes son considerados literalmente basureros públicos. La basura y los desperdicios humanos se quedan en parques y plazas de la ciudad, generando malos olores, apariencia desagradable y hasta la pérdida de plusvalía de las viviendas aledañas, lo que lo vuelve un asunto económico. Es inevitable decir que el racismo en contra de estos va en aumento por la propia problemática que genera aquí. El problema de política internacional se acentúa con el hecho de que México tiene que negociar las deportaciones masivas o dar residencia temporal a muchas de estas personas a costa del beneficio de nuestra propia ciudadanía.

Quisiera poder plantear una conclusión sobre este asunto del protagonismo de México a nivel mundial. No puedo decir nada porque tenemos mala fama derivada de las acciones violentas que generan los cárteles de la droga, un tema no resuelto de esta administración que internacionalmente nos ha puesto en ridículo con la famosa estrategia de “abrazos, no balazos”, que no fue nada exitosa, aunque al menos en la televisión internacional sí lo fue por las noticias y series en las plataformas de streaming que se han presentado sobre el tema. También llegamos a un protagonismo internacional al comparar nuestro sistema de salud con el de Dinamarca, aunque solo también para hacer el ridículo o burlarnos de nosotros mismos porque sabemos que no es cierto.

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Cierro hoy la época de “los otros datos”, en nombre solamente porque en fechas venideras mi columna ya no tendrá al presidente que hizo famosa esta frase. La siguiente semana tendré que buscar desde un nuevo título para esta columna hasta una nueva perspectiva para escribir, porque el sexenio aquí, llegó a su fin. Que quede claro, ya no habrá “otros datos” por parte de López Obrador en esta sección. Esperemos que la doctora Sheinbaum nos dé la sorpresa y tengamos los verdaderos datos, al menos eso espero.

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