México en PISA

Opinión
/ 11 diciembre 2023
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Los resultados iniciales no son muy alentadores para México

Esta semana, la OCDE publicó los resultados que los países participantes en la prueba PISA 2022 obtuvieron. Esta prueba, mide los aprendizajes esenciales de los estudiantes en los sistemas de educación básica en todo el mundo. Los resultados iniciales no son muy alentadores para México: Primero, los resultados promedio de 2022, fueron inferiores en comparación con la evaluación de 2018 en matemáticas y en ciencias, y se mantuvieron prácticamente iguales en lectura.

Sin embargo, el efecto esperado en reducción de aprendizajes por la interrupción escolar provocada por la pandemia de COVID-19, no fue tan grave como se esperaba en el país. En la medición de esta pérdida, México se desempeñó un poco por encima del promedio de los países de la OCDE.

Con respecto a PISA 2018, la brecha entre estudiantes con puntuaciones más altas y más bajas, se redujo en matemáticas, pero se mantuvo igual en lectura y ciencias. Esto puede deberse a que matemáticas es el área en que más se redujeron los aprendizajes, sobre todo, entre el decil de estudiantes que tenían puntajes más altos.

En contraste con PISA 2012, los estudiantes que tienen un nivel de competencia por debajo del básico aumentaron en 11% para matemáticas, 5% para lectura, y se mantuvo igual en ciencia. Vale la pena mencionar, que seguramente no vemos en PISA 2022 efectos del sistema de Nueva Escuela Mexicana ni de los nuevos Libros de Texto Gratuitos.

Como resumen: Los estudiantes de México obtuvieron puntuaciones inferiores al promedio de países de la OCDE en matemáticas, lectura y ciencias, y una proporción menor de estudiantes obtuvieron puntajes destacados en al menos un área, que el promedio de la OCDE. También una proporción menor de estudiantes que el promedio de la OCDE obtuvo niveles mínimos de competencia.

En México, el 34% de estudiantes alcanzan el nivel mínimo de competencia en matemáticas, en contraste con el promedio de 69% en países de la OCDE, y no llegamos al 1% de estudiantes destacados en matemáticas, cuando el promedio de OCDE es 9%. En lectura, 53% de estudiantes alcanzan el nivel mínimo de competencia, el promedio de OCDE es 74%, y apenas un 1% alcanzaron un nivel destacado, el promedio de OCDE es del 7%. En ciencias, el 49% de estudiantes alcanzó el nivel mínimo de competencia, el promedio de OCDE es de 76%, y no llegamos al 1% de estudiantes con nivel destacado, cuando el promedio de OCDE es del 7%.

En general, México se ubica entre los últimos países de la OCDE en el desempeño obtenido por sus estudiantes en PISA 2022.

Esta prueba, incluyó un cuestionario de bienestar, que muestra cosas interesantes: El 25% de estudiantes reporta sentir soledad en la escuela, y 26% sentirse como personas extrañas en la escuela, esto está por encima de los promedios de OCDE (16% y 17%). El 14% de personas estudiantes reportan no estar satisfechas con su vida. Estos datos empeoraron respecto de los de 2018. En múltiples indicadores, este patrón se repite: la población estudiantil mexicana reporta mayor insatisfacción, menor interés percibido de docentes, y mayor inseguridad.

Hay un indicador clave: OCDE reporta que los países que gastan menos de 75,000 USD acumulados por estudiante en primaria y secundaria (6-15 años), tienen una fuerte correlación entre la cantidad invertida por estudiante y el avance en los aprendizajes obtenidos. México gasta apenas 28,900 USD por estudiante en ese periodo, si la inversión por estudiante aumenta, deberíamos ver un incremento sustancial en los aprendizajes esenciales medidos por PISA.

México requiere mayor inversión por estudiante, pero también mecanismos para que esta inversión llegue a cada estudiante y no se diluya en el sistema, así como enfrentar la crisis de bienestar estudiantil y dar mayor relevancia al bienestar socioemocional desde una perspectiva sistémica, que permita avanzar las metas de aprendizajes esenciales en nuestro país.

Un enfoque de educación para el bienestar total, debe procurar atender y resolver las causas que alejan estudiantes de las escuelas, a aquellas que les hacen difícil permanecer en ellas, y finalmente a aquellas que limitan su capacidad de aprendizaje.

Un Sistema Educativo Nacional, con un enfoque sistémico de educación integral, sí requiere de una mucho mayor inversión, pero inicialmente, requiere de un cambio de enfoque. Solamente mediante esfuerzos que promuevan este cambio de enfoque, México podrá avanzar para alcanzar a sistemas educativos de alto desempeño.

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