La Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro”, de mi ciudad, Saltillo, cumplió un siglo de edad.
En sus 100 años de existencia ha llevado a cabo una notable labor educativa cuyos frutos han ido más allá de las fronteras nacionales. Por sus aulas han pasado cientos de miles de estudiantes de México y de otras naciones, los cuales han aplicado luego sus conocimientos al bien del campo y de los campesinos.
La Narro, como se le conoce con afectuoso respeto, es orgullo no sólo de Saltillo y Coahuila, sino de México entero. Sus investigaciones han contribuido grandemente a la tarea de aumentar la producción de alimentos en numerosos países subdesarrollados, y han servido por lo tanto para reducir el hambre en el mundo.
Hago llegar por este medio mi felicitación a los directivos, maestros, alumnos, exalumnos y trabajadores de la institución. Que a estos 100 años de ejemplar actividad sigan muchos más.
¡Hasta mañana!...