Mirador 14/05/2023
HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor designó a la paloma “El ave de la paz’’.
Y la paloma se sentía muy orgullosa: por su mansa, apacible dulcedumbre fue la escogida del Creador para ser emblema de aquel bien tan valioso.
Un día, sin embargo, el Señor vio a la paloma. Estaba afilando su pico y sus uñas, tenía en los ojos un brillo de ferocidad.
-¿Qué sucede? −le preguntó alarmado−. ¿Por qué obras así?
Respondió la paloma con ronca voz de furia:
-Las demás aves no me quieren reconocer como representante de la paz. Les voy a hacer la guerra.
El Señor suspiró, triste. Desde entonces supo que el mundo nunca conocería la paz, ni siquiera en forma de paloma.
¡Hasta mañana!...