Variaciones opus 33 sobre el tema de Don Juan.
El caballero sevillano detesta a Tirso de Molina.
Ese famoso dramaturgo lo presentó como burlador, y Don Juan nunca burló a una mujer. Sedujo a muchas, pero a ninguna dio jamás palabra de matrimonio para lograr que se le entregara. Eso, decía, es para chulos de barrio, no para hidalgos. Fue un seductor, no un burlador. A las mujeres les prometía un paraíso, no una boda. Con sus palabras las llevaba a preferir un edén a un casorio.
Don Juan, que ayer amó a la mujer, ahora le teme. Hay muchas viudas por ahí, y muchas doncellas otoñales, que lo querrían para marido. Y el caballero no desea ser casado, lo cual equivale, piensa, a ser cazado. Vive en soledad, lo cual equivale, piensa, a vivir en libertad.
Hay una dama a la que Don Juan no teme; la Señora Muerte. La espera sin la impaciencia con que esperaba antes a otras señoras. Cuando llegue la tomará en sus brazos, y ella lo tomará en los suyos. Así tomó a la vida, y así la vida lo tomó a él.
¡Hasta mañana!...