Mis deseos para este 2024

Opinión
/ 3 enero 2024

El mismo ritual se repite cada año. Como acostumbro hacerlo desde hace tiempo, el pasado día 31 fui a la mejor frutería para comprar las uvas más apetecibles y vistosas. Busqué en los jardines de la Ciudad Deportiva a un trébol de cuatro hojas. Fui a comprar una herradura de caballo. Busqué quién me regalara un billete de dos dólares a los que se atribuye la virtud de dar buena suerte. Puse mis llaves en una pata de conejo. Evité abrir el paraguas bajo el techo de mi hogar. Hice todo lo posible por no encontrarme con un gato negro y tuve cuidado de no caminar debajo de una escalera.

En lo que resta del año haré todo lo posible por no ahuyentar la buena suerte que me acompaña desde el día en que nací, pues quiero que se cumplan al menos la mitad de mis deseos para el próximo año.

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Quisiera dar la bienvenida al 2024 pidiéndole a Dios que comparta una pizca de su infinita sabiduría con nuestro gobernador y alcalde, para que sepan responder a las expectativas que todos los coahuilenses tenemos sobre ellos.

Otro de mis deseos es que San Pedro tenga más autoridad con esas nubes que se niegan a descargar su bendita carga sobre nuestra tierra. En 2023 llovió más que en otros años, es cierto, sin embargo los únicos que aprovecharon esto fueron los exprimidos mantos acuíferos, y nosotros, debido al pésimo drenaje pluvial y a la abundancia de fraccionamientos que no respetan al cauce de los arroyos, tuvimos que apegarnos al refrán que dice: “Agua que no has de beber, déjala correr”. Aprovechando la confianza que tengo con San Pedro, le pediré que mande unas nubes especiales a la Ciudad de México para que acaben con la alarmante sequedad cerebral que padece nuestro presidente, quien se regodea por haber sido llamado “Viejo chingón”, en la inauguración de una mega farmacia que no tiene medicamentos y que tiene sólo ocho empleados para comprar las medicinas de todo el mundo, incluyendo el veneno de escorpión de Cuba y el Zolgesma, tratamiento que tiene un costo de 2.1 millones de dólares.

Le rogaré a Santa Cachucha, si es que existe, que por favor convierta en campeones a los Saraperos de Saltillo. Son muchos años de apoyo al equipo local y es justo que vuelvan a ganar. En los últimos años, a punto ha estado la novena saltillense de conquistar la corona, pero todo se ha quedado en un famoso “ya merito”. Bueno sería que volvieran a ganar, pues el menor de mis hijos, que es muy aficionado a la novena sarapera, nunca los ha visto campeones en sus 13 años de vida.

Deseo que Sansón, con su infinita fuerza, ayude a que los pilares de la unión que los mexicanos hemos construido, no vuelvan a caerse. Hay muchas cosas por hacer en este país, y si estamos unidos será más fácil lograr la anhelada justicia social. Si algo podemos reprocharle a López Obrador es que durante los 5 años de su administración se ha empeñado en desunir a los mexicanos. Ahora por culpa suya se habla de fifís y pueblo bueno y sabio, de conservadores y de chairos, de clase media aspiracionista y de mexicanos fieles como perritos. Para pensar en un México mejor, debemos tener a unos mexicanos mejores, y para ello debe haber como condición la unidad nacional.

Quiero pedirle a San Remigio, el santo que lucha contra las tentaciones, que quite de la cabeza de López Obrador el seguir gobernando a través de Claudia Sheinbaum. Por lo pronto, la precandidata morenista habla igual y dice las mismas frases que el inquilino de Palacio.

Quiero pedirle a Dios el milagro de que Xóchitl Gálvez gane en las próximas elecciones presidenciales. Creo que los mexicanos no aguantamos un sexenio más de mentiras, de corrupción, de promesas incumplidas, de retroceso democrático, de muerte, de violencia generalizada.

Tengo muchos deseos más. Algunos son impublicables por razones de espacio y por otras razones también, sin embargo, no puedo dejar de compartir contigo el deseo más importante. Quiero pedirle a Dios que mantenga siempre unida a mi familia. Si este deseo se cumple, lo único que me resta pedir es salud y sabiduría para saber en qué momentos debo escuchar a mi diablo y cuándo debo obedecer ciegamente las órdenes de mi ángel.

A ti te agradezco profundamente el favor de la lectura de mis textos. Deseo que todos tus sueños, deseos y compromisos de 2024 se hagan realidad. Que sea un año de crecimiento personal, de metas alcanzadas y de abundantes momentos de felicidad.

aquientrenosvanguardia@gmail.com

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