Musk y su basura espacial o el mundo como su patio de juegos
Elon Musk ha criticado subvenciones gubernamentales, como a los vehículos eléctricos, argumentando que se debería eliminar el crédito fiscal. Ya que si bien Tesla ya no necesita el incentivo, los competidores de Musk sí lo requieren. No quiere competencia
Se alaban las iniciativas de Elon Musk, empresario que avanzó y aumentó sus negocios con dinero público. Esto no asombra, pues forma parte de la civilización tecnofeudal. Y en este tenor, el mundo es su patio de juegos: lanza cohetes que dejan basura, como los más de 20 kilómetros impactados en la costa mexicana Bagdad, en Tamaulipas, con millones de partículas y fragmentos de su propulsor Super Heavy.
El que se siga alabando a Musk y no se problematice la función de empresarios como él, merece al menos que se hable de esto, para decir que pasamos por el mundo y sí nos dimos cuenta.
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Es como una mala comedia lo que ocurre: si un pequeño negocio tira basura al lecho del río, hay una multa y un castigo; bueno, corrijo: no siempre; está como opción dar un fajo de billetes o esperar a que la autoridad jamás se entere. Pero el caso es que sí se aplican ciertas normativas, y esto es, sin duda, clasismo. Por su parte, la élite tiene permiso. Musk es parte de esta élite que seguirá haciendo del mundo un espacio donde operan sus deseos disfrazados de programas articulados con objetivos muy bien maquillados.
Musk no es un científico. Y es claro, tampoco parto de la ingenuidad: la carrera aeroespacial tiene, además de fines científicos, propósitos de control y armamentismo, pero al menos, dentro de los programas establecidos por los gobiernos del mundo, se sientan a debatir y hay varias mentes operando. Aquí hay imposición.
A él no lo mueve el amor por la astronomía, ciencia a la que, por cierto, se ha podido acceder con simples telescopios, como el primero que Galileo Galilei mejoró en su diseño y, con un aparato ahora insignificante, realizó descubrimientos capitales. No, A Musk lo mueve el mercado que puede crecer sin límite, y ahora el turismo aeroespacial, sin importar las emisiones contaminantes.
Nadie señala a Musk por haber recibido fondos públicos para apoyar a Tesla, SpaceX y X Corp. Ah, pero eso no es populismo, es apoyo a un empresario necesitado. Que si fueran los inmigrantes o los pobres, la derecha mundial protestaría como si se tratara de una peste.
Qué generosa beca le da el gobierno de Estados Unidos, y no estamos hablando de los hasta 500 mil pesos que puede recibir una pequeña o mediana empresa mexicana, estamos hablando de la información proporcionada por The Washington Post, que encontró que las empresas de Musk han recibido al menos 38 mil millones de dólares en contratos gubernamentales, préstamos, subvenciones y créditos fiscales durante las últimas dos décadas. Sí, sus empresas han sido beneficiadas con dinero de los contribuyentes.
Y como buen empleador del doble rasero, ha llamado a que se acaben las subvenciones que el gobierno de Estados Unidos otorga a la ciudadanía, pero claro, nunca las subvenciones que le siguen siendo otorgadas.
Y es que Musk ha criticado subvenciones gubernamentales como, por ejemplo, a los vehículos eléctricos, argumentando que se debería eliminar el crédito fiscal. Ya que si bien Tesla ya no necesita el incentivo, los competidores de Musk sí lo requieren. No quiere competencia, pues.
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En los años subsiguientes, las empresas de Musk seguirán con 52 contratos federales activos por un total adicional de 11,800 millones de dólares, ello financiado mayormente a través del Departamento de Defensa y la NASA. Se estima que la cantidad real de fondos gubernamentales que respaldan las iniciativas comerciales de Musk es mucho mayor, aun cuando una buena parte del trabajo de defensa de SpaceX siga estando clasificado.
El vocablo “patio” proviene del latín patium, que a su vez deriva de pateo, y significa “estar abierto o abrirse”. Se sugiere también relación con el latino spatium que refiere a espacio.