Parras y Saltillo: La guerra del agua cobra fuerza en Coahuila

Opinión
/ 16 febrero 2025

El conflicto en Parras de la Fuente no es menor y viene a confirmar el ritmo acelerado de la disminución en la provisión de agua dulce en la región

Esta semana pasada arreciaron las quejas por la falta de agua en colonias del norte de Saltillo, que usualmente no carecen del vital líquido por ser colonias relativamente nuevas, con construcciones provistas de almacenaje y sistemas de bombeo y circulación del agua. Aun así, el agua faltó por más de 10 días en ciertas calles de dichos fraccionamientos. Algún vecino afirmó que el corte se debía a los bajos niveles de los pozos y otros a las bombas por falta de electricidad. Nadie sabe la causa a ciencia cierta. Agsal intentó paliar la situación enviando, sin avisar, una pipa para surtir agua sin costo a algunos hogares que alcanzaron. El estire y afloje empezó a surgir cuando se corrió la voz entre los vecinos y todos andaban buscando la pipa.

Pero el asunto no queda en anécdota. Del problema de la escasez del agua surgió hace tiempo la búsqueda de vida emprendida en otros planetas, principalmente Marte, el llamado planeta rojo. Cuando se habla de búsqueda de vida se habla de búsqueda de agua. Así lo han declarado siempre. Al inicio de las misiones espaciales a Marte, el planeta rojo, el geólogo Phil Christensen, de la Universidad Estatal de Arizona, lo dijo con claridad: “El principal objetivo de la NASA es la búsqueda de vida. Y eso significa la búsqueda de agua”.

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El agua ha sido la necesidad vital para el hombre desde tiempos inmemoriales. Su búsqueda nació con la propia humanidad y la historia de ambas corre a la par. Particularmente, la historia del noreste mexicano gira en torno a una búsqueda interminable por el suministro seguro y confiable del agua, a causa de la extensión del desierto de Chihuahua y Coahuila. Las fuentes locales del agua fueron motivo de luchas sangrientas entre los antiguos pobladores, entre estos y los conquistadores y los misioneros españoles, entre los agricultores y los ganaderos y ahora, entre los empresarios y los ejidatarios...

El historiador nuevoleonés Isidro Vizcaya Canales llamó “guerra viva” a la lucha entre las tribus guerreras y los nuevos pobladores del norte por la posesión del agua y los territorios clave. Durante la conquista y las exploraciones de tierras, así como durante las campañas militares en el siglo 19 para el exterminio de los pobladores llamados “salvajes” del territorio coahuilense, el encuentro con el agua y los sucesos del momento o la característica del lugar, les fueron imponiendo nombres encantados a lugares que hoy suenan legendarios por inexistentes: aguaje del Tulito, aguaje del Caballo, aguaje de la Parida, aguaje de la Costura, arroyo Cíbolo, vado del Moro, arroyo de la Zorra, charcos del Rebocero, charcos de Ponce, Tinaja Bonita... Igual que han disminuido su cauce o se han secado por completo las aguas de ríos como el Nazas y los lechos de cientos de estanques que alimentaron la agricultura y la ganadería.

Los conocedores del tema han dicho en repetidas ocasiones que es negro el panorama que se avizora en el futuro cercano. La escasez mundial del agua es evidente. Y las primeras en sufrirla, naturalmente, serán las poblaciones desérticas, de climas secos y áridos. Posiblemente, hará una década del inicio de la guerra viva por el agua en la población de Parras de la Fuente. Hoy la guerra derivó en serio enfrentamiento entre los ejidatarios de San Lorenzo y Casa Madero. La empresa denunció haber perdido ya la producción de nuez en varias decenas de hectáreas de su propiedad a causa del conflicto y haber sufrido amenazas y serios atropellos en sus propiedades, por lo que solicitó a las autoridades estatales el restablecimiento del Estado de derecho. Ambas partes afirman tener por decreto el derecho al agua que durante mucho tiempo alcanzó para repartirse.

El conflicto en Parras de la Fuente no es menor y viene a confirmar el ritmo acelerado de la disminución en la provisión de agua dulce en la región. La falta de agua en Saltillo evidencia lo que tanto se ha dicho en relación con la sobreexplotación del acuífero sur y la falta del líquido para desarrollar en Derramadero el programa de vivienda proyectado en esa zona de acelerado crecimiento industrial. Se dice que, respecto a la provisión mundial de agua potable, una de cada cinco personas ya no tiene acceso a ella. ¿Lo estaremos viviendo ya en carne propia?

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