Un sinfín de pendientes gubernamentales son los que provocan la sensación de modorra y desaliento, tanto en los primeros meses del gobierno estatal como en los últimos del presidencial. Mientras, la sociedad discurre en desvaríos y válidas preocupaciones. Y así, como en las corridas de toros, van los anunciados.
PRIMERO DE LA TARDE: “Descornado”. Aun cuando no es el último de los viudos moreirianos, que abundan en las instituciones, la salida de Flores Mier de la Fiscalía Anticorrupción significaría, dependiendo de quién llegue al relevo, un descuece de aquellos regímenes que impusieron su capricho y en forma por demás pegada al descaro.
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En el particular, el muchacho que iba por las gorditas a La Campana, evolucionó a la presidencia del ICAI y posteriormente a la persecución de la corrupción del gobierno, que se caracterizó precisamente por esta.
Extrañamente, la batalla fue librada contra de los opositores al régimen y también a quienes andaban queriéndose saltar las trancas, y no al interior del ejercicio de funcionarios como la famosa “Lady Cobijas”.
La lisonja del personaje, recuerdo, llegó a tal grado que cuando siendo presidente el ICAI se presentó ante el Congreso, junto al gobernador Rubén “N”, para reformar el instituto reduciéndolo y condenándolo al oprobio. Fuera más, dijera Jorgito.
SEGUNDO DE LA TARDE: “Manotazo”. Haciendo cuentas de los dineros de la escuela de cuadros del PRI, mal llamada UAdeC, continúan los auditores, quienes ya cuantificaron de entrada el desfalco por 4 mil 700 millones de pesos cometido por la anterior administración, que se despachó con el cucharón de Batán (más grande que el que usaba mi abuelo para vender cacahuate), y que apunta tanto al rector guerrillero como a su tesorero, el millonario Alanís.
El resultado de esta desaparición es derivado, según la ASE, de la omisión del pago del ISR retenido a los trabajadores y no reportado al SAT. ¡Qué listillos!
El pasado mes salió a la luz la noticia, sin embargo, como en el caso de Camelia la texana, ya del dinero no se ha sabido nada.
Una rápida investigación de los destinos apuntaría a los edificios sobre conocido bulevar al norte de la ciudad y al restaurante allá por el rumbo de Galerías, en donde el tesorero es socio incluso de varios exrectores, y propiedades vitivinícolas del guerrillero de banqueta, allá por su tierra, Viesca y la región lagunera. ¡Válgame dios! Y uno acá creyendo que trabajando se puede volver rico.
TERCERO DE LA TARDE: “Novateado”. Cosas muy raras están aconteciendo en la Secretaría de Educación, donde la característica sonrisa de su titular se va desdibujando. Primero porque no se ha podido deshacer de la herencia de la mafia de la “M”, que sigue operando incluso involucrando al joven secretario, y segundo porque una dependencia del tamaño de la Sedu es muy lenta para establecer los cambios necesarios, a fin de cumplir con el objetivo planteado por Manolo hijo.
Muestra de las malas decisiones en que lo han involucrado es el despido de trabajadores en forma ilegal que está tramando la mapacha mayor, aún enquistada en la dirección jurídica, que provocará juicios millonarios que terminará pagando la secretaría debido a la falta de la más mínima lógica y menor conocimiento legal de la experta en sustraer urnas.
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Por otra parte, patrimonio de la secretaría es saqueado a la luz del día, como el caso de las aulas móviles que estaban estacionadas a un lado de las oficinas centrales y que el lunes 2 de septiembre fueron trasladadas por grúas Peña a un terreno baldío, allá por La Aurora, según datos que el chofer dio a este reportero balín.
Resulta evidente que la novatez se paga y que el oficio político es importante al momento de asumir la responsabilidad de la magnitud de la Sedu. ¡Haya Cosa! Tan, tan.