Elecciones libres y en paz
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Alejandro Encinas Rodríguez
Ante la ola de violencia política que ha marcado el inicio del proceso electoral, la semana pasada, un amplio grupo plural de ciudadanos, integrado por vecinos de la Ciudad de México, representantes de organizaciones de la sociedad civil, académicos, intelectuales, trabajadores de la cultura y políticos de distintos signos partidarios, suscribimos un llamamiento a las autoridades políticas y electorales, así como a los partidos políticos y sus candidatos, en defensa de la paz y la no violencia política en el proceso electoral que se desarrolla en el país.
No es un asunto menor. No se puede desestimar la violencia que, más allá de los problemas de inseguridad derivados de las actividades de los grupos delictivos en todas las regiones del país, ha infiltrado al proceso electoral, incluso en la capital del país, afectando a candidatos, autoridades municipales, periodistas y líderes sociales, sin que exista una respuesta firme de las autoridades para frenarla y garantizar los derechos de las personas, así como las condiciones para que los ciudadanos puedan participar libremente en las elecciones y emitir, en su momento, su voto sin presión ni obstáculo alguno.
Este llamamiento, suscrito por más de 780 personas, ha sido entregado al Presidente de la República, al jefe de Gobierno, y a las autoridades electorales nacional y de la Ciudad de México, donde se señala:
"La democracia es respeto a la diversidad, es diálogo, es resolver nuestras diferencias a través de medios pacíficos. La violencia es la negación de la democracia, atenta contra los derechos humanos, contra la convivencia social y vulnera la dignidad humana.
"En un contexto como el de nuestro país de fragilidad democrática y de niveles nunca vistos de violencia, ganar la paz es una de las principales exigencias de la sociedad.
"Las luchas históricas de la Ciudad de México se han caracterizado por una constante movilización para lograr estos ideales. Recientemente, se ha dado un paso significativo en este sentido al establecer en su primera Constitución el respeto a los derechos humanos, el diálogo social, el fomento a la cultura de la paz y la no violencia como sus ejes rectores.
"Nos encontramos inmersos en un proceso histórico de renovación de todos los cargos electivos de la ciudad en el cual por primera vez ejerceremos nuestra autonomía para decidir nuestra forma de organización interna. Esto nos obliga a ejercer una mayor responsabilidad en garantizar la celebración de elecciones en un ambiente de paz y tranquilidad que permita a la ciudadanía votar con plena libertad.
"Convocamos a la sociedad a rechazar y condenar de manera tajante cualquier intento de trastocar estos principios, independientemente de su procedencia. Exigimos a las autoridades prevenir y sancionar cualquier acto que atente contra los mismos, tal como lo marcan sus obligaciones constitucionales y legales. Asimismo, los partidos y candidatos deberán apegarse estrictamente a las normas que nos rigen".
Queremos elecciones libres y en paz.