‘Guerra vs el huachicol’: ¿cómo la apoyamos?

Politicón
/ 16 enero 2019

Salvo quienes se benefician de las ganancias que produce la venta de combustible robado, nadie puede estar en contra de la determinación del Gobierno de la República de combatir el fenómeno de huachicoleo de manera frontal y sin contemplaciones. En ese sentido, la inmensa mayoría de los mexicanos estamos del lado del presidente López Obrador.

Pero estar a favor del combate a este delito no debe traducirse solamente en realizar manifestaciones –de viva voz, o a través de redes sociales– en contra de las mafias que controlan dicho negocio. También debe implicar, en la medida de las posibilidades de cada quien, actuar en favor de la estrategia gubernamental desplegada para abatir el fenómeno.

En este aspecto, es importante señalarlo, no todos podemos hacer lo mismo para apoyar el combate al huachicoleo y hay quienes pueden hacer más que otros. Entre quienes pueden contribuir de manera más importante se encuentran los empresarios honestos dedicados a la venta de combustibles.

Y es que, como era posible intuir y las cifras reveladas por el Gobierno de la República han confirmado, un importante volumen del combustible que ha sido robado a Pemex se vende en las estaciones de servicio autorizadas, con lo cual los negocios que se han prestado a ello han operado como “blanqueadores” de ganancias ilícitas.

Por ello justamente, es preciso destacar las declaraciones realizadas por Miguel Dainitín, presidente de la Organización Nacional de Expendedores del Petróleo en Coahuila (Onexpo), al señalar que “la competencia desleal jamás ha sido buena, y jamás apoyaremos como organización a ningún empresario que esté involucrado en alguna situación como esta”.

Cabría esperar que, además de manifestarse públicamente en contra de la venta de combustible robado, la Onexpo explorara mecanismos para colaborar con las autoridades investigadoras a fin de identificar con celeridad a quienes sí han participado de las ganancias ilícitas del negocio.

Éste es uno de esos casos en los cuales aplica el principio según el cual el castigo a las conductas indeseables es un eficaz disuasor, pero lo es aún más la condena social de tales conductas, es decir, el señalamiento específico de quienes incurren en ella por parte de todos los integrantes de la comunidad.

Quienes desde la posición de “empresarios” han cedido a la tentación de beneficiarse personalmente del gigantesco negocio del robo de combustible no merecen el reconocimiento de la comunidad, sino exactamente lo contrario. Por ello sería de esperarse que sean sus pares, en primer lugar, quienes contribuyan a su identificación y condena.

Si estamos realmente en contra de las conductas ilegales, porque estamos conscientes de que a todos nos dañan, tendríamos que ir más allá de la retórica y denunciar los casos que conozcamos, poniéndole nombre y apellido a los responsables de las mismas y condenándoles sin ambigüedades.

Sin duda existen empresarios gasolineros que son honestos y se limitan a obtener las ganancias lícitas que su negocio les permite. Ellos tendrían que ser los primeros interesados en acabar con el negocio del huachicol y por ello deberían apoyar la determinación del Gobierno Federal para combatirlo, contribuyendo a identificar y castigar a quienes se han colocado en el terreno de la ilegalidad.

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