Hablemos de adicciones
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¿Qué significa la palabra adicción? “A” quiere decir en latín “no”, “dicción” significa “hablo”, “adicción” es “no hablo”; ese es un adicto, alguien que no habla.
Esto implica muchos aspectos del desarrollo personal infantil; la gente se hace adicta por su historia de vida y todo empieza abajo, lo que nos pasó de los 12 años para abajo es la directriz que llevaremos de los 12 a los 80.
Si de niño los adultos te hacían que te quedaras callado muchas veces, pues bien, de grande seguirás igual, como si te hubieran puesto un cierre en la boca y cuando uno va callado por la vida, teniendo miedo a hablar, miedo a externar lo que le pasa, lo que siente, lo que piensa, entonces todo eso se le va acumulando en sus emociones y tarde o temprano buscará una salida.
Es ahí donde entran las adicciones visibles; vemos a la gente cuando se emborracha, pero la adicción escondida que lo lleva a emborracharse no la vemos, y esto viene desde la niñez. Si a alguien no le gusta vivir con él mismo, si a alguien no le gusta el cuerpo con el que vive todos los días, entonces va a ir a contra corriente y ahí es muy fácil que aparezcan las sustancias, y al consumirlas se sienten un poco mejor, aunque con el abuso en el consumo al paso del tiempo se vivirán muchos momentos de locura.
La droga que más gente mata en el planeta se llama alcohol. Dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) que una droga es aquella que te cambia la personalidad cuando la consumes. Eso hace el alcohol.
El consumidor siempre va empezar por curiosidad, de ahí que se le llama la enfermedad de las 4D, se empieza por “diversión”, viene la “dependencia”, sigue la “demencia” y, si no se para el consumo, llega la “defunción”.
Bien, en todas las drogas es lo mismo, pero ¿qué podemos hacer para blindar a nuestra juventud, para blindar a nuestros hijos?
Los vamos a blindar poniéndoles atención y pasando tiempo con ellos, tratándolos amorosamente, con firmeza y sin juzgarlos. Que sientan que tienen un lugar de pertenecia y entonces no andarán buscando esa calidez en los amigos, que son los que por primera vez los pueden invitar a consumir algo, y entonces por tener un lugar de pertenencia los pueden iniciar a que empiecen en el consumo de las drogas, y caer en las garras de la adicción, pero si en casa hay calidez humana, la van a pensar dos veces para llegar a consumir alguna sustancia.
Bueno, pues tenemos que ponernos las pilas todos los miembros de esta sociedad saltillense, pero siempre empezando en la casa como padres; si hay algún problema de adicción con algún miembro de la familia, sin miedo se tiene que buscar la ayuda correspondiente.
Sé que hay mucha deficiencia de auxilio para esta situación en nuestra comunidad, aquí es donde el Gobierno debe de poner su parte para tener los lugares indicados para apoyar este problema que cada día crece más.
Como un ejemplo en el estado de California, Estados Unidos, tienen 3 mil 500 clínicas de recuperación, en todo México no llegamos a 200; este es un problema de gobierno también porque se desperdicia mucho material humano.
No cabe duda, ante la cruda realidad por la que atravesamos, hay mucho trabajo por delante en este particular.
Fundación Mispah
mispah1953@gmail.com