La consecuencia de un informe

Politicón
/ 3 junio 2019
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Cuando Robert Mueller, fiscal especial para investigar la posible intervención rusa en la elección presidencial del 2016 de los EUA, dio por terminado su trabajo para vincular o no al Presidente como posible responsable del algún hecho que pudiese ser constitutivo de algún delito, como obstrucción de la justicia, por ejemplo, probablemente no se dio cuenta del efecto que habrían de generar sus palabras al afirmar que en su reporte no se estaba absolviendo a nadie. A nadie.

Antes de que sus opositores reaccionaran para evaluar la posibilidad de iniciar un juicio político en su contra, el presidente Trump anunció formalmente y de manera unilateral, la adopción de medidas de emergencia contra México por la supuesta crisis migratoria que hay en la frontera de ambos países.

Más que anuncio, es una amenaza para aumentar los aranceles en todos los productos mexicanos que entren a EUA, a partir del 10 de Junio, que se irán incrementando gradualmente hasta llegar al 25% por el cobro de todo producto comercializado hacia los EUA. Es una mala advertencia que únicamente busca alimentar un ambiente anti mexicano con sus bases electorales, con su voto duro, que le reporta utilidades y posibilidades para mantener vivas sus esperanzas hacia el 2020.

Acabar con el fenómeno migratorio es algo casi imposible de que suceda y menos en tan corto tiempo. Más que coacción e intimidación, se debe de buscar cooperación e inversión en la región, para detonar crecimiento económico, oportunidades de empleo y eventualmente, más desarrollo y bienestar. Es una fórmula que a todos conviene.

El incremento unilateral en los aranceles, es una reacción desproporcionada y creo también inconstitucional e ilegal contraria a los tratados internacionales en la materia, que afecta a ambos países en su comercio y en sus economías, en los acuerdos y consensos que se han logrado para impulsar un nuevo tratado comercial entre México, EUA y Canadá, mejor conocido como TMEC, para establecer un nuevo momento de desarrollo para la región, al grado de crear tal vez el bloque económico más importante del mundo. Pero esto es lo de menos, tratándose de un tema que puede distraer la atención de la opinión pública en los EUA.

Lamentablemente ha empezado el tiempo de las campañas electorales para renovar la presidencia y Trump claramente quiere volver a aparecer en la boleta electoral para ser reelegido y ya nos dimos cuenta que en sus ambiciones es capaz de todo y, más aún, a costa del perjuicio infligido en contra de sus propios representados. Si bien una medida tan drástica nos puede afectar notablemente, de igual manera, impactaría a su propio mercado interno y en contra de sus consumidores.

La reacción del gobierno mexicano ha sido oportuna, contundente y prudente. Con una reacción casi inmediata, el presidente López Obrador ha hecho público su deseo por encontrar salidas al posible conflicto que podría generar una política arancelaria unilateral de esta naturaleza, por medio del diálogo, la buena fe y la voluntad política que merecen tener como vecinos, socios y aliados estratégicos, México y los EUA.

Esperemos que el sentido común prevalezca y antes del día 10 de Junio, se logren establecer acuerdos de entendimiento para identificar que el problema de la migración de Centroamérica no es responsabilidad de un Estado, sino de la condición de cada persona, que busca mejorar sus oportunidades para alcanzar el mayor bienestar posible. Claramente México como país soberano, no puede hacer funciones de orden migratorio para otro país.

Entonces, que sea la diplomacia y en su caso el derecho internacional, el medio que logre resolver los excesos, impulsos y ambiciones electorales que afectan la buena vecindad y la base mínima de entendimiento que merecemos como socios y amigos, porque finalmente luchamos por los mismos fines, para encontrar un mejor futuro, con menos provocaciones y más certezas.

Twitter: @Jorge_IslasLo

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