La enfermedad y la cura (a medias)

Politicón
/ 6 abril 2017

Otra vez el mismo modus operandi: llegan a la “plenitud del pinche poder”, contactan a sus amigos, sus amigos crean empresas fantasmas —con domicilios y proveedores falsos—, les asignan contratos millonarios –sin licitación transparente- por obras que nunca se realizarán, cobran, se reparten porcentajes y repetimos la fórmula durante todo el sexenio.
El mismo patrón se reproduce en Veracruz, en Chihuahua, en Guerrero, en Quintana Roo y en decenas de estados más, si no es que en todos. Sólo el tiempo lo dirá. 

Hoy toca el turno de Nayarit. El periodista Silber Meza, de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), ha publicado el trabajo “La fraternidad que se apropió de obra pública en Nayarit”, en él explica las redes de poder y de proveedores en el círculo más cercano del Gobernador del estado, Roberto Sandoval.

Aquí un fragmento de la investigación periodística: “Gianni Ramírez, Secretario de Obras Públicas, entró el 19 de septiembre de 2011. Tres semanas más tarde lo hicieron Juan Ignacio Ávila Ruiz, como su subsecretario de Obras Públicas, y Fred Alberto Bernal Aguirre, como su director de Infraestructura Urbana y Vial. Al poco tiempo, y junto con Luis Arciniega Alvarado, a quien se le conoce como ‘El Yogui’, conformarían el primer núcleo de una red de contrataciones de obra pública entre ex socios y hermanos. 

“El grupo utilizó sus cargos para asignar al menos 15 contratos a empresas fundadas por ellos mismos, por sus socios, por sus hermanos y por sus cuñados. Los fallos suman, al menos, 121 millones 820 mil pesos. El método fue el siguiente: ellos mismos fundaban las empresas, ellos mismos concursaban, ellos mismos decidían, ellos mismos se quedaban con el presupuesto público. Los contratos que beneficiaban a las empresas que fundaron los firmaban ellos con su puño y letra, y en otras ocasiones lo hacían otros funcionarios que han integrado esta hermandad”. 

Así describe Meza cómo se formaba una especie de fraternidad de la corrupción, esos son sólo los contratos conocidos, el desvío puede ser mucho mayor. 

Mientras se da a conocer esta noticia, en todos los medios la enmarca la formación fallida del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). “El SNA está todavía incompleto, no está nombrado el Fiscal Especial Anticorrupción ni los magistrados de la sala especializada ni las salas regionales del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa y que tendrán a su cargo imponer las sanciones administrativas a los servidores públicos que cometan faltas graves”, señaló Jacqueline Peschard, presidenta del comité ciudadano. Los primeros resultados de este sistema se darán en cuatro o cinco meses, por lo menos es lo que me dice la propia Peschard en W Radio.

Lo trágico es la simbiosis de ambas notas, por un lado, la enfermedad y por otro una cura a medias, estamos a punto de que nos mate la corrupción, el SNA es el último remedio, ojalá salgamos de terapia intensiva. 
 

@jrisco

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