Rodrigo Medina: ¿es sólido el caso contra él?
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Un juez de control del Estado de Nuevo León ordenó ayer vincular a proceso al exgobernador de dicha Entidad, Rodrigo Medina de la Cruz, como presunto responsable del delito de uso indebido de funciones, con lo cual inicia formalmente un debate que podría terminar con una sentencia condenatoria en contra del extitular del Ejecutivo nuevoleonés.
El auto de vinculación a proceso se dio al final de una audiencia que se prolongó a lo largo de trece horas, tiempo durante el cual el Ministerio Público intentó demostrar que poseía elementos suficientes como para configurar diversos delitos en contra de Medina de la Cruz.
La decisión judicial puede leerse al menos de dos formas:
La primera de ellas es que Rodrigo Medina ha sufrido una primera derrota judicial y que ha sido obligado a dar un paso más hacia la posibilidad de ser condenado por violar la ley durante el tiempo en que tuvo a su cargo el Gobierno de la vecina Entidad.
Esta lectura puede verse reforzada incluso por el hecho de que la defensa del exgobernador intentó impedir la comparecencia del mismo, interponiendo un amparo en contra de la pretensión de la fiscalía, pero no tuvo éxito en el intento y ayer debió presentarse ante el juez.
Una lectura desde un ángulo distinto diría que, aún cuando Rodrigo Medina ha sido vinculado a proceso en realidad ayer le propinó una importante derrota a sus acusadores, pues sus primeras declaraciones fueron en el sentido de que no incurrió en ninguna conducta ilegal, que habría de probarlo en el juzgado y, al final del día, el Ministerio Público no logró vincularlo a proceso por los delitos más importantes que se le imputaban: peculado y daño patrimonial.
El resultado de la audiencia de ayer contrasta entonces de forma importante con las afirmaciones que la fiscalía nuevoleonesa ha venido realizando en el sentido de que tendría un “sólido caso” en contra del exmandatario y que se habría realizado una muy completa investigación para armar la carpeta que se presentaría ante el juez.
Y es que, al menos por lo pronto, Medina ha logrado sacudirse las imputaciones que implicarían el haber obtenido beneficios económicos personales durante su administración y con ello haberle causado un daño a las finanzas públicas de Nuevo León.
Lo que resta en el expediente judicial es una conducta que, si bien se considera delictiva, muestra un amplio margen para la discusión, pues lo que deberá dirimirse en adelante es si las decisiones que tomaron diversos entes que, por mandato legal debe presidir el titular del Ejecutivo, deben considerarse como responsabilidad del exmandatario o no.
Quienes tengan la convicción de que Medina de la Cruz es alguien que debe terminar condenado por algunos de sus actos al frente del Gobierno de Nuevo León hará bien en no echar las campanas al vuelo a partir de la vinculación a proceso que se dictó ayer. Y es que, al menos con los elementos a la vista el “sólido caso” que presuntamente habría armado la fiscalía presenta muchas cuarteaduras.