Seguridad: sin esperanza de cambio
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125 mil muertos en los últimos seis años no bastan. La militarización prosigue. La estrategia de Andrés Manuel López Obrador de combatir el fuego con gasolina, da continuidad a la guerra iniciada por Felipe Calderón y sostenida por Enrique Peña Nieto, con los resultados que todos conocemos. Eso se confirma al anunciar el nuevo plan de seguridad para el sexenio que iniciará el 1 de diciembre.
No hace mucho cuando candidato, el Presidente electo se ufanaba en calificar dicha medida como algo ineficaz y que sólo traería muerte a la nación. Sea lo que fuere, lo que hizo recular a Andrés Manuel López Obrador en su ofrecimiento de regresar a sus cuarteles a los militares en un plazo de seis meses, y promover la creación de una Guardia Nacional que juntará a la Policía Federal con Ejército y Marina, esto es: fuerza letal al lado de un cuerpo ineficaz y corrompido, es preocupante.
De tal suerte, no se avizora un cambio de paradigma en materia de seguridad: López Obrador tendrá su #FiscalCarnal; ofrece perdón anticipado a los corruptos del sexenio, y adelanta la consolidación de un Estado policiaco para enfrentar al crimen organizado.
Así, el incipiente gobierno se confronta con el movimiento #SeguridadSinGuerra, cuando hace poco caminaban juntos. La decisión es también un desafío al fallo de la Suprema Corte de Justicia que desechó por inconstitucional la Ley de Seguridad Interior, que pretendía dar un piso jurídico a la actuación de las Fuerzas Armadas.
El lopezobradorismo pretende sepultar a la autoridad civil, al anunciar Morena la modificación de trece artículos de la Carta Magna para cumplir con el mandato del Presidente electo.
La tarea de pacificar al País no es fácil, definitivamente, pero ¿qué mejoría podríamos esperar al estado actual de las cosas si se opta por el continuismo?
Hay entonces claras señales de que México tomará un sendero que abre la posibilidad de que se violen las libertades ciudadanas como en el pasado reciente. A todo esto, es una necesidad y deber ser obligatorio que se conozca cuáles serán los órganos que se encargarán de regular los procedimientos que los militares usarán en las calles.
En el plan de seguridad lopezobradorista las policías municipales y estatales son los cuerpos de seguridad más cuestionados y olvidados; necesitan ser tomadas en cuenta en una estrategia integral para ser reforzadas, mejorarles sueldos, capacitación, vivienda, armamento y tenerlas certificadas. Analizar y considerar la experiencia de las policías comunitarias indígenas.
En México ya hay avance en cuanto a la regulación del cultivo y venta de marihuana. Pero es insuficiente. Hay que avanzar en la legalización de la amapola con fines medicinales.
No hay soluciones fáciles ni definitivas. La violencia que genera la disputa entre las bandas de la delincuencia organizada no se limita a la actividad del narcotráfico; cuando se han extendido sus tentáculos a la trata de personas; lavado de dinero; la extorsión; el secuestro; invaden todo tipo de actividades como el comercio informal, el transporte, la política, el gobierno, entre otros.
Algo es cierto: impunidad prohíja violencia. Por ello, cortar de tajo las redes de complicidad de los diferentes órdenes de gobierno y el crimen organizado sería el primer paso de una larga serie de eventos virtuosos que deben de ocurrir para que los mexicanos y mexicanas podamos caminar tranquilos por nuestras calles como antaño.