Transparencia Coahuila: funcionar por inercia
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¿Cómo avanza un auto sin una de sus llantas? Más o menos así está la transparencia en Coahuila.
La atención pública parece volcada en la construcción del llamado Sistema Estatal Anticorrupción. No es cosa menor, ciertamente. Por el contrario, es un largo y complicado experimento que muy pronto podría desmoronarse según se ha visto ya en las primeras decisiones: leyes ajenas a la participación ciudadana interesada, algunos magistrados nombrados con claro sello de pertenencia, etcétera.
Ahora que se anda por constituir el grupo de personas que decidirán la parte “ciudadana” del Sistema Estatal Anticorrupción, se está frente de una nueva oportunidad donde podrá verse qué tan enserio va el asunto: se confirma el rumbo o medio se endereza. Las numerosas advertencias y recomendaciones de parte de las agrupaciones civiles son pertinentes… pero hay quienes vemos el panorama poco alentador. Pero ésta es otra historia.
Mientras los ojos están puestos en aquello, pocos parecen recordar que el Instituto de Transparencia estatal va funcionando incompleto desde hace unos ochos meses.
Como ha quedado ya para la historia, la única mujer integrante del Consejo General del “icai” (en minúsculas está escrito en su logo, como para no llamar mucho la atención) dio por terminada su participación para jugársela, sin demasiado éxito, por una diputación local bajo las siglas del partido oficial.
Cada quien sus consideraciones y el ejercicio libre de sus intereses políticos, sin duda. Ya el tiempo dirá si lo que parece un repentino interés por la política partidista impregnó o no su trabajo dentro del Consejo General o si, por ejemplo, se aprovechó por años del recurso público para inventarse giras y participaciones en el que sería el distrito de su interés. Ya será el tiempo.
Lo que debiera preocupar ahora es que han pasado los meses y no ha salido, del Congreso del Estado, convocatoria alguna con la intención de que alguien se integre al Consejo General y la transparencia en la entidad no ande (nuevamente) coja. ¿O esperan algún regreso?
En una de ésas, la ausencia de uno de los integrantes del Consejo General del “icai” (en minúsculas) no se nota.
Recordemos que, en sus inicios, el instituto tuvo tres consejeros y el numero subió, según se dijo, por la carga de trabajo.
Pero, viéndolo bien, la verdad es que no se requieren tantas sillas llenas.
Nota importante: el Consejo General es la instancia encargada de vigilar el cumplimiento de lo relacionado con la transparencia, el acceso a la información y la protección de los datos personales. Ahí (se supone) es donde todo eso se interpreta, se aplica, se garantiza; donde se decide la política pública para Coahuila y, cuando hay controversias, quién tiene la razón: el Gobierno o el gobernado.
Entiendo que la responsabilidad recae en el Congreso. Pero, para ilustrar esta Legislatura, nada mejor que recordar el proyecto editorial llamado “Cultura Parlamentaria Coahuila”, una revista de supuesta circulación semestral que apenas vio su primer número y murió en junio de 2016. La incapacidad.
Alguna responsabilidad tendrán, también, en el propio instituto de transparencia. ¿Cómo han gestionado esta faltante? ¿Han recordado de manera formal al Congreso que están incompletos? Si esto no se ha hecho, podemos imaginar las componendas y los vasos comunicantes existentes. ¿Todos bajo la misma sábana?
¿Cómo avanza un auto sin una de sus llantas? En una de ésas, la analogía es más que generosa. Tal vez hace tiempo que se quedaron sin motor y el movimiento observable no es más que inercia.
@victorspena