Una –otra– visita a La Habana

A querer y no, Cuba es un destino distinto a los demás

Politicón
/ 23 septiembre 2018
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Texto y Fotos: Elena Vega

En La Habana ya no se escucha trova ni son. El mito de la bohemia cubana ha quedado en las canas de la revolución.
Los últimos años de apertura al mundo, en Cuba llegó el YouTube y con él, el reggaetón. La candela cubana pasó al perreo. Carlos, un taxista que busca unos pesos cubanos convertibles, de más en el aeropuerto, lo cuenta.

–¿Qué tanto se escucha Silvio, Milanés?
–Esos señores, ya no, fueron historia –dice mientras en su auto de manufactura rusa se escucha reggaetón.

Cuba, quién soy yo para observarte con mirada inquisidora. Tu historia merece admiración y tu gente mi más grande respeto.

Gracias por dejarme pisar tus calles, sentir tu calor y tu ansia de conocer el mundo que existe surcando el mar, pero que si llegaras a alcanzarlo perderías tu identidad, tu fuerza y esa magia que encanta a quien acoges... aunque a las barbas de la revolución le han salido demasiadas canas en los últimos años…

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