¡Vaya historia!
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En memoria de mi padre a los 5 años de su partida.
La película “Something the lord made” relata el inesperado encuentro de dos hombres que, a la postre, hicieron historia en el ámbito de la medicina, precisamente en un tiempo en donde la brutal marginación y segregación era el pan de todos los días en los Estados Unidos.
INESPERADO ENCUENTRO
Alfred Blalock (1899-1964) y Vivien Theodore Thomas (1910- 1985) no podían ser tan distintos. Alfred, blanco, médico cirujano, con extraordinarias destrezas para la investigación y que “veía oportunidades, donde otros percibían retos”. Por su parte, Thomas era un habilidoso carpintero de “color”, pobre y sin educación formal quien de su padre aprendió el oficio de la carpintería.
En 1930, Thomas a los 19 años, empezó a trabajar con Alfred como “mozo” de limpieza en la universidad de Vanderbilt. Su sueño era estudiar medicina para lo cual ahorraba, pero el destino lo encaminó por otro sendero: perdió todos sus ahorros debido a la gran depresión. Sus sueños quedaron trastocados para siempre.
Con el tiempo el Dr. Blalock se percató de la extraordinaria inteligencia y habilidades del joven Thomas por lo cual le dio una inesperada oportunidad: ser su ayudante personal, relación que duraría toda la vida. Así, la relación “amo” y “esclavo-sirviente” se transformó en maestro-discípulo.
LA UNIVERSIDAD
El 1941, el Dr. Blalock logró la plaza de jefe de cirugía a la prestigiada universidad John Hopkins en Maryland y, como consecuencia, Thomas fue también invitado a trabajar como su ayudante de cirugía y de investigación; esta situación levantó fuertes rechazos de los médicos decanos y del cuerpo académico del hospital, pero no pudieron hacer nada ya que esa condición laboral había sido establecida por el ya afamado cirujano Blalock para aceptar el mencionado puesto.
Cabe mencionar que Thomas fue contratado en la más baja categoría del hospital; es decir, como “mozo” de limpieza; además, por su color, le estaba prohibido entrar por la puerta principal del nosocomio y no podía usar los baños de los blancos.
Cualquier otra persona hubiese rechazado este trabajo, pero la pasión de su oculta vocación y su inquebrantable voluntad, lo llevaron a aceptar y continuar con este trabajo.
NIÑOS AZULES
Estos dos pioneros empezaron a investigar la coartación aórtica, situación que provocó el interés de la pediatra Helen Taussig quien, en ese tiempo, estudiaba el síndrome denominado “bebe azul” (trastorno caracterizado por una acumulación de hemoglobina que impide se transporte de forma efectiva el oxígeno al organismo, causando paulatinamente la muerte de los pequeños), ella pensaba que si se aumentaba el flujo sanguíneo desde el corazón hasta los pulmones el problema de los pequeños se resolvería; sin embargo, no existía el conocimiento adecuado ni la técnica para realizar este procedimiento y menos los instrumentos apropiados para tal proeza.
Alfred y Thomas entendieron a la perfección la intrépida idea de Taussig. Después de dos años de ardua investigación utilizando perros en el laboratorio, desarrollaron un procedimiento quirúrgico exitoso, siendo Thomas quien inventara y fabricara los instrumentos médicos para dicho procedimiento. Por cierto, una perrita operada con esta técnica llamada Ana, fue la primera sobreviviente de esta intervención, y hoy tiene el privilegio de ser el único animal cuyo retrato adorna una de las paredes de esta universidad.
TAMBIÉN
Dicho sea de paso: Helen también sufrió discriminación por ser mujer ya que la universidad John Hopkins que no admitía mujeres, la contrató “solamente” como profesora, no como doctora; de hecho, tuvieron que pasar 16 años para que este hospital la reconociera como “doctora”.
Esta extraordinaria mujer, a pesar de su dislexia y posterior sordera, hoy es considerada como la fundadora de la cardiología pediátrica; además fue una visionaria por haber apoyado el ingreso de la gente de color a las facultades de medicina y al sistema de seguro social “Medicare”.
POR FIN
El 29 de noviembre de 1944 se realizó por primera vez la intervención en humanos. La paciente fue Eileen Saxon, una niña de 18 meses. Blalock, ayudado por Thomas, operó con éxito a la pequeña, y desde entonces este procedimiento se empezó a utilizar a nivel mundial, salvando las vidas de miles de niños. Además, esta operación fue la impronta de la cirugía de corazón de la era moderna.
Desgraciadamente, la contribución de Thomas fue ignorada en el artículo publicado por el “Journal of the American Medical Association” que dio a conocer la primicia de este enorme avance.
EL MAESTRO
Por increíble que parezca Thomas comenzó a enseñar a otros cirujanos el nuevo procedimiento; sin embargo, seguía percibiendo un salario de miseria por lo que tenía que trabajar al mismo tiempo como camarero. Su tenacidad, amabilidad y dotes de maestro permitió que posteriormente llegara a ser el técnico mejor pagado de la universidad John Hopkins.
Finalmente, en 1976, la Universidad otorgó a Thomas un doctorado. Hoy su retrato, junto con el de Alfred, luce en una pared de la escuela de esta universidad.
MÁS HACE…
La historia de Thomas demuestra que cuando se quiere se puede, que cuando una persona encuentra su vocación nada le es imposible. Su vida es testimonio para todos de una voluntad inquebrantable, de una persona que jamás renunció a su vocación, que con paciencia y voluntad pudo superar toda clase de obstáculos, este inconmensurable hombre es ejemplo de que “a la vida le resta el espacio de una grieta para renacer”.
Thomas asumió su cansancio como llave para abrir posibilidades y fecundidad futura, su ejemplo manifiesta que la vida responde a toda persona que tenga el alma grande, también que hay causas por las que vale la pena luchar.
Esta clase de seres humanos son los que históricamente han ayudado a Dios para que sucedan cosas buenas en el mundo, son los que saben que son dueños del esfuerzo mas no de los frutos; son los que comprenden que en sus manos se encuentra la fecunda opción de conseguir que “su propio dolor y el de sus prójimos se convierta en vinagre o en vino generoso”.
La biografía de Thomas es un excelente ejemplo para las personas que se encuentran enfermas de egoísmo, que desean satisfacciones inmediatas; también para personas que todo lo ven difícil, para las que vagan por el mundo con esas tremendas gafas oscuras de costosas marcas que les impide ver a sus semejantes; también para esos seres humanos que desperdician la vida en lo fácil, en el vacío, en la obsesión por tener.
La vida de Thomas, adicionalmente, demuestra que cualquier persona, independientemente de su color, raza, origen, posición económica o social, puede convertirse en una impresionante influencia positiva para el mundo entero.
EL ROSTRO
¡Vaya historia! Ejemplo para estos tiempos en los que, sistemáticamente, se rechaza a los “diferentes”. Qué grandioso es constar las posibilidades que surgen de la fraternidad, que bien sería comprender que somos auténticas personas cuando nos encontramos los unos a los otros; cuando en los “diferentes” percibimos nuestro propio rostro y sostén; cuando nos enfocamos solo en el ser humano ignorando su color de piel, su edad o su género, cuando en los “otros” vemos la realización de todas las potencialidades humanas, muchas de ellas, como lo acabamos de ver, inimaginables. Sorprendentes.
cgutierrez@tec.mx
Programa Emprendedor
Tec de Monterrey
Campus Saltillo