¿Por quién doblan las campanas? El legado del magistrade saltillense
COMPARTIR
Hace apenas tres meses, millones de mexicanos festejaban la noticia de que en el programa de televisión La Casa de los Famosos hubiera resultado elegida para el primer lugar una persona transexual, ganadora de una contienda en la que participaron otros influencers, actores y actrices durante diez semanas encerrados.
Ahora, leyendo las reacciones por el asesinato del magistrade saltillense Jesús Ociel Baena Saucedo, encontramos, por el contrario, a un México cargado de odio.
TE PUEDE INTERESAR: A cien años de su nacimiento, la vigencia de la obra de Nicolás Moreno; el paisajista que documentó la naturaleza de México
Es patética, y revuelve el estómago, la reacción de quienes han difundido y siguen difundiendo mensajes de odio y desprecio. Comentarios tan ofensivos que resulta imposible reproducir aquí por respeto a la figura y vida del magistrade y a los valores que agreden.
Qué triste, qué lamentable que el país permanezca en un estadio de tan grande oscuridad. Las reacciones estimulan un odio tan grande que se equiparan a la violencia en la incitación del mismo crimen.
El asesinato del magistrade Ociel Baena debiera causar a todos la misma indignación que debe despertar todo asesinato. Resulta trágico que el país se vista de sangre todos los días, que impere la violencia, que se cultive el prejuicio y se dé puerta abierta a los estereotipos.
Una sociedad hipócrita que primero aplaudió y luego lanzó dardos de veneno, bien cargados de estigmas listos a dar en el blanco.
Los estigmas están prontos a germinar, pero la realidad es que todas las personas, incluyendo por supuesto a los acusadores, están en posición de ser alcanzados por la estigmatización en razón de materia de género, de color, raza o estatus social. Una sociedad enferma es la que hace las diferenciaciones en cada una de estas materias. Y es el caso pensando en las reacciones del asesinato de Baena.
En el estado y ciudad en que nació, la nuestra, en Saltillo, Coahuila, debemos honrar la memoria del magistrade Ociel por quien los derechos de las personas no binarias se hicieron escuchar en el ámbito legislativo por primera vez en la historia.
TE PUEDE INTERESAR: INE reconoce la labor de Jesús Ociel Baena en favor de la inclusión y los derechos LGBTIQ+
La deuda del país es tan grande con él como por desgracia fueron las reprobables reacciones a raíz de su asesinato. Su trascendente legado nos hace recordar el poema de John Donne “Las Campanas Doblan por Ti”:
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece? / ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla? / ¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe? / ¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo? / Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. / Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. / Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, / como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, / o la tuya propia. / Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
Por el magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo doblaron las campanas. Doblan por todos nosotros.