Puño cerrado frente a los ojos rasgados
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Al andar la carreta, se acomodan las calabazas. Pedaleando no hay caída y la bicicleta se va equilibrando. Andando se nota la cojera. Ranchero, deportista y curandero aluden a la situación internacional tensa entre lo rojo y lo amarillo. Entre el puño cerrado y los ojos rasgados.
Hacia el sur de USA se amenaza con deportaciones masivas; aranceles elevados; cancelar ciudades santuarios como San Francisco, Nueva York, Chicago y Denver; cerrar fronteras y continuar muro con orden ejecutiva; se sienten como puñetazos verbales de amenaza para congelar el avance migratorio.
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O unirse con Canadá para enfrentar aranceles de USA, aplicando los contrarios desde este lado o aceptar apoyo chino para que la inversión transoceánica tenga puerta abierta, junto con apoyos financieros chinescos para las inversiones nacionales.
SABIO ACUERDO SIN AMENAZAS
El coloquio indispensable sería mejor opción y podría mostrar el daño recíproco de la guerra arancelaria. Se podría descubrir la importancia de la alianza, en el norte del continente, para neutralizar la creciente invasión de productos chinos.
Puede también exacerbarse la desconfianza dentro del tratado y decidir ruptura para dejar lo cercano y adoptar lo lejano. Esto es menos eficaz aunque ahora las distancias se han superado.
O cesan las amenazas y se elige el coloquio civilizado o pasará lo que sufren ahora las naciones en guerra recíprocamente demoledora.
Las próximas generaciones podrían imitar la valiosa unidad de lo diferente, lograda en el siglo veintiuno o padecer las consecuencias de no haberlo logrado.
ESPÍRITU DE ADVIENTO
No se deja invadir por la compulsión consumista que intenta provocar la propaganda provocadora y desbordada.
El verdadero Adviento es tiempo profundamente espiritual que busca subrayar los valores de la fe y los principales valores humanos. Refuerza lo esencial y no se deja arrollar por lo accesorio, secundario y prescindible.
No queda atrapado en el afán desordenado de poseer para embriagarse con satisfactores imaginarios. Queda libre de caer en los despilfarros irreflexivos que preparan la cuesta de enero.
El espíritu de Adviento es preparación, ordenación interior para no identificarse con lo superfluo ostentoso y falso sino abrirse a realidades auténticas y humanizantes como la amistad, la alegría, la paz interior, la pureza de corazón y las intenciones sin malicia. La celebración del nacimiento del Salvador invita a la simplicidad que busca solo hacer bien en todo momento.
CUENTO DE ADVIENTO
El escritor está escribiendo un cuento para la Navidad. Está en un restaurant. Ve a uno de sus personajes en la mesa vecina. Viste igual, los ademanes son idénticos. Lo ve pagar la cuenta y despedirse. Ha dejado la propina en la mesa. El escritor va a su estudio y lee, en unas hojas, la descripción de esa misma escena que acaba de observar.
TÉ CON FE
-¡Uff! Hay momentos que no los soporto.
-Suele suceder. Porque, ciertamente, hay expresiones como esa. Si vives estrenando, en constante aventura y descubrimiento, no habrá: ni¡ay! de queja ni ¡uy! de miedo ni ¡uff! de repugnancia
sino solo ¡oh! al sorprenderte o ¡ah! de asombro y fascinación.
No queja, que la bendición aleja, sino corazón que agradece, porque su bendición engrandece. No tanta gravedad porque te caes. Solo aleteo sonriente que te hace volar...